Hermano muy malcriado

25 de Diciembre de 2011

Tengo un hermano de casi 12 años. Es el único varón de cuatro mujeres. Él es el último de la familia y por ende siempre se le ha complacido en todo lo que pide. Pero desde un tiempo para acá se ha vuelto muy malcriado. A mi madre no le hace caso y le falta bastante el respeto, tanto en público como en casa.

No se le puede hablar o corregir porque sale más altanero que uno.  No respeta a nadie y menos a nosotras que somos sus hermanas mayores. Mi padre como es el único varón le permite todo lo que hace y en una u otra forma lo celebra porque es el único varón.

Él es buen alumno en la escuela y obtiene el tercer puesto, pero su conducta no lo es. Por eso nos gustaría saber qué hacer, porque de la forma que va terminará muy mal, para corregirlo a tiempo.

Y.L.,
Guayaquil

 

La pubertad es una etapa en el desarrollo de los niños, la cual empieza entre los 10 y 15 años, edad en que se comienza a segregar hormonas especiales que fabrican testosterona, semen y cambios en su cuerpo. Todo niño tiene que enfrentar el tránsito de la niñez a la pubertad con emociones fuertes antes desconocidas para él, como son los estímulos sexuales, entre otros. Estos cambios, además de físicos, se dan a nivel psicológico, se sienten confusos, demasiado sensibles, se enfadan fácilmente, pierden la  paciencia más a menudo, padecen de ansiedad porque la mente de ellos está tratando de adaptarse a la pubertad.

Si bien es cierto todos estos factores, obligan al grupo familiar a tener una mejor comprensión para esta edad especial en la vida del niño, también es cierto que él necesita modelos de identificación estables, que se deben encontrar en la pareja de padres normales y equilibrados que lo ayuden a sobrellevar esta difícil etapa, y no padres que renuncien por sobreprotección, por temor o por comodidad imponerse a su hijo, impidiendo con ello que se desarrolle en su interior el necesario control.

Los niños consentidos o abandonados no aprenden a establecer los límites adecuados en sus relaciones con los demás y crecen sin aptitud para tolerar cualquier frustración. La ausencia de reglas y de control produce indecisión e inseguridad, provoca en el niño agresividad e inadaptación, estos errores educativos pueden constituirse en caldo de cultivo de diversos trastornos, entre los que cabe contar con la conducta antisocial juvenil.

Es necesario que a su hermano, por medio de psicoterapia, se le haga conocer de todos los cambios físicos y psicológicos que se dan en esta edad de su vida, que sus padres se documenten de todo lo que tiene que ver con la pubertad y su sexualidad, y le hagan saber que siempre están dispuestos a hablar con él para que así logre comprender que no se trata de que en su entorno familiar quieren causarle dificultades o molestia alguna, sino más bien que el amor de ustedes los guía a corregirle y enseñarle las conductas adecuadas para su vida futura.
Dra. Linda Coronel de Arias,
psicóloga clínica.
Telfs.: 224-8591, (09) 340-7550

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