Hombre desanimado
Soy un profesional de la salud y paso por un momento difícil en lo anímico y en lo espiritual. En los últimos siete años he fracasado en todos los proyectos que he tenido por delante. Producto de cada fracaso se ha creado en mí una necesidad de dependencia y a la vez de miedo a volverlo a intentar. No me he podido desarrollar como profesional y mucho menos como individuo, pues en los últimos años he preferido alejarme de amistades y hasta de familiares.
Hace poco dejé ir la mejor oportunidad de mi vida por falta de adaptabilidad y miedo a perder a la persona que más quería. Fuera de eso, previamente sufrí la traición de un amigo que consideraba como a un padre y dejé un trabajo que en su momento me había devuelto alegría, autoestima y valor. En estos últimos meses he sufrido demasiado y es aquí cuando es cierto que el único soportable es el dolor ajeno; por todo esto me he quedado en casa encerrado entre cuatro paredes sin saber qué hacer ni cómo darme fuerzas para seguir adelante. Pienso que no sirvo para nada más que para hacer sufrir a los demás y aparte de eso me he dado cuenta de que no encuentro nadie quien me ayude, probablemente gracias a que soy católico aún no he tomado una peor decisión, pero siento que cada día es un puñal que daña en la misma herida. Actualmente no tengo a nadie más que a mi madre y aún así la soledad es muy grande y me afecta de tal manera que muestro apatía hacia cualquier oferta laboral, lloro desconsoladamente por todo lo que he perdido y porque no encuentro futuro ni final feliz. Espero que alguien me ayude, pues esto solo es el resumen de una gran decepción.
N.N.
Guayaquil
Estamos compartiendo un mismo fin en nuestras profesiones; la salud, esa palabra tenemos que muy profundamente hacerla retumbar internamente para poder ayudar y ayudarnos. Es lamentable lo que ha pasado últimamente, pero no se olvide que a veces nos acostumbramos a revivir lo malo como si fuera placentero, y lo repetimos buscando tristemente placer en el displacer.
En pocas palabras, hay que buscar la solución para salirse de ese cuadro depresivo, ya sea con ayuda profesional o pensando que el fracaso es una construcción energética que tanto que la pensamos llega y se constituye en un deseo que sucede y vuelve a suceder. Recuerde: somos físicos y químicos, si creemos que nos rodea el negativismo este vendrá constantemente, es una fuerza atrayente, pero se puede cambiar el supuesto destino malo pensando que hay que romper esos siete años de fracaso y decirse ahora sí lo voy a lograr e ir con el deseo de triunfar. Si no se puede solo, hay que acudir rápidamente y buscar acompañamiento terapéutico o medicamentoso, y eso pasará.
Es triste vivir la traición de un supuesto amigo, pues el verdadero no traiciona, así que déjelo en el pasado y esa experiencia le servirá para encontrar la verdadera amistad. Usted tiene las herramientas para triunfar, estas hay que sacarlas. Créame, colega, que se puede ayudar o lo podemos ayudar. En la vida todos nos hemos caído, pero lo importante es levantarse rápidamente y apreciar tan simplemente el estar, ser y poder, es decir a uno mismo. Usted ya dio su primer paso y escribió. La salud lo llama, acuda.
Paquita Brito Clavijo,
psicóloga y terapeuta.
Telfs: 252-3261, (09) 928-0444, (08) 051-9720.