Hombre humillado
Tengo 30 años, soy profesional, no tengo hijos. Hace dos años me uní con una señora que tiene 32 años y dos hijos. Dejó al marido para estar conmigo y vivimos en la misma casa donde vivía con él. Yo anteriormente vivía con mis padres y me cambié de ciudad para estar con ella. El problema radica en que solo pasamos peleando, los dos trabajamos y ella llega más tarde que yo, de paso, brava y reclama por todo; las cosas sencillas, como que cocine, las hace grandes e insulta y denigra.
En su teléfono le he encontrado mensajes de otros hombres, pero ella lo niega todo y dice que son personas que no conoce y que molestan. Con sus hijos me llevo bien, aunque a veces se portan mal, y si los corrijo, la madre enseguida me reclama y me hace problema diciendo que no los quiero, y cuando discutimos, me hace quedar mal delante de ellos. Si vamos al mercado, igual pelea; si se me olvida comprar algo o no compro porque no se necesita, me hace problemas y me humilla diciendo que no necesita mi plata. Me ha botado de su casa muchas veces y la verdad soy yo el que no se quiere ir.
Ella es buena persona o eso parece, es trabajadora y tiene sus ahorros y tiene bastantes amigos. La verdad no sé qué hacer ya que yo la amo y al mismo tiempo es mi familia y no quisiera que esto se acabe así no más. Pero siempre que peleamos ella me echa la culpa y dice que los problemas son por mi culpa.
Ah, me olvidaba, el exmarido no le pasa plata a los hijos, pero siempre la llama y ella contesta, pero solo cuando estoy yo presente no lo hace. Ayúdeme por favor, dígame qué es lo mejor en estos casos. ¿Debo renunciar a esta familia ficticia que tengo o luchar por ella?
R. A.
Guayaquil
Comprendo cómo se siente, ya que usted se comprometió con su pareja, dejó a su familia y se mudó a otra ciudad para ser parte del hogar de ella. Nadie tiene derecho a humillarlo, ni usted debería permitirlo. Se puede ceder por la paz de la relación, pero no siempre uno solo porque no es justo ni sano. Toda relación de pareja, para que sea exitosa, debe basarse en amor, respeto y equidad. Converse con su pareja, en un momento en que ambos estén serenos, hágale ver cómo se siente y pregúntele cómo se siente ella, porque si le reclama amor para sus hijos es porque lo ve como pareja formal, a pesar de que lo desautorice con ellos.
Evalúe, según lo que conversen, si ambos están incluyendo a la pareja en su proyecto de vida, si van a tener hijos de ambos, las reglas que funcionan en su hogar (incluyendo no aceptar mensajes de desconocidos), etc. Un punto que se repite en su carta es el asunto económico. Tal vez las peleas se centran en esa área. Sugiero que se sienten a elaborar un presupuesto y se organicen para que ambos colaboren y superen este tipo de problemas. Caso aparte, pero que debe finiquitarse, es el rol del padre de los hijos de ella (quien debería dar pensión para sus hijos) y que él lo respete a usted. Pero para ello es indispensable que su mujer le dé a usted el lugar de cabeza de la familia.
Si luego de charlar con su pareja su conclusión sigue siendo que son una familia ficticia, aunque sea doloroso, le sugeriría que deje la casa de ella. Le sugiero, también, asistir a un profesional para mejorar su autoestima. Recuerde que nadie puede hacernos sentir mal sin nuestro consentimiento.
Cecilia Chávez Bowen de Larrea,
Orientación familiar y terapia de pareja. Telfs.: 099-537-7558, 04-512-0284.