Indecisión ante lo evidente
Estoy en un dilema: amo a mí pareja, pero me ha mentido y ocultado muchas cosas. La he sorprendido con un amigo de su trabajo en coqueteos, sin embargo, ella dice que él la acosaba. Poseo evidencia suficiente para deducir que ella le gustaba y que probablemente hubo algo más. También la sorprendí conversando con su ex, mientras me escribía entrecortado, aun cuando le expuse que no me parece que mi pareja tenga contacto con su ex, no al menos si uno de los dos siente algo todavía, en este caso, él. Se han producido otras situaciones que por tiempo y espacio no puedo describirlas. Todo lo que comento lo he descubierto yo, mas ella no me lo ha comentado en lo absoluto, lo cual me genera desconfianza. Sin embargo, no soy una persona celosa, no la hostigo, no le reviso sus cosas ni su celular, al contrario, soy un tipo bastante alegre, pero tras estas cosas, aunque, haciendo a un lado todo eso, realmente estoy enamorado de ella, siento que de a poco me va ganando el coraje o resentimiento. Últimamente lo he controlado hasta el punto en que no me doy cuenta que lo controlo. No todo es malo porque tenemos momentos hermosos. Hemos viajado y compartido mucho. Ella es cariñosa, atenta, pero siento que lo principal, el respeto y la sinceridad, no los aplicó conmigo. Me gusta deducir y la mayoría de mis deducciones han sucedido. Tengo un poco de temor porque percibo que podríamos terminar en cualquier momento, y no me gustaría que pase en un momento en el que yo tenga coraje, porque se llevaría esa impresión de mí, cuando fue ella la que me faltó el respeto con todas estas cosas. Realmente me pone triste porque la amo y porque pasamos momentos inolvidables. Quisiera sus comentarios, pero por favor, que no sean esperanzadores o ilusionadores; seamos realistas.
Fabricio
Guayaquil
Por su carta parece que está pasando momentos de angustia y que se avecina el derrumbamiento de su relación con su pareja, pues usted manifiesta que le “va ganando el coraje y el resentimiento”, además dice que le gusta deducir, entonces analice, piense y deduzca el que una relación sentimental se basa en la facultad de poder confiar. La desconfianza es perturbadora y destructiva. Es necesario en la vida tener firmeza en la personalidad y es la actitud y la aceptación de conducta responsable ante usted mismo, defendiéndose de algo que le causa daño, también es la actitud de solucionar conflictos y tensiones que no pueden existir por largo tiempo y además es la capacidad de comprender a la otra persona.
Sería conveniente que analice con claridad si existe un sentimiento de auténtica unión con su pareja, si realmente ella es lo más importante de su vida. Si es así, debería dialogar con ella en un momento adecuado (no cuando esté con coraje), en un sitio apropiado (donde no haya interrupciones) y con un lenguaje claro y sincero, explicándole sus dudas e interpretaciones. Recuerde que el diálogo es entre dos, no es un monólogo, en que solo usted hable. Escuche a su pareja sobre sus problemas, sus temores y los motivos para actuar de esa forma, evite cortar el diálogo con reclamos anticipados, pues ella se sentirá criticada y no hablará con sinceridad. Después de dialogar llegue a una conclusión con madurez y responsabilidad. El mundo no se acaba si se rompe una relación que le está haciendo daño, pero a la vez sea justo al tomar la decisión. La despedida debería ser en forma culta, aunque terminante. Si siguen juntos, es porque usted volvió a tener confianza y de esto debe estar seguro. Recuerde que no solo se debe pensar y analizar situaciones, sino que llega el momento de tomar decisiones.
Susana T. de Rumbea
Psicóloga clínica. Telf.: 288-1875, 098-893-9539.