Infidelidad por teléfono
En los últimos años he vivido una situación terrible con mi esposa, nosotros llevamos 20 años juntos, los primeros 12 fueron felices, pero desde que a ella le contaron hace 8 años que yo anduve con otra persona, ha sido un infierno lleno de reclamos y reproches al que, de cierto modo, me acostumbré.
En meses recientes noté una conducta extraña de parte de ella, mucho teléfono hasta tarde, Whatsapp, Facebook, mensajes. Comencé a sospechar hasta que tomé su teléfono y no encontré nada. Mi vida se tornó aun peor, pues ella me reclamaba por mi desconfianza, hasta que un día decidí instalar un programa que guarda fotos borradas. Para mi sorpresa encontré fotos desnuda de ella, enviadas a un individuo que conozco, y de él en las mismas condiciones. Me quise volver loco, le reclamé y ella lo negó. Luego me dijo que solo eran fotos y que no había pasado nada, hablamos, la perdoné, pero no me cabe en la cabeza aquello. Decidimos empezar de nuevo, le quité el teléfono porque no confío en que no lo vuelva a hacer, pero verdaderamente la amo. Ahora ella me dice que no me quiere, qué puedo hacer.
Xavier,
Guayaquil
La vida que vivimos, Xavier, es muy diferente a lo que nosotros deseamos y creemos que debe ser. Una es la ideal y otra es la real. La real es aquella en la que cometemos errores (nosotros y nuestros seres queridos). Absolutamente todos somos seres falibles, en su carta no menciona si su aparente infidelidad fue real o no. Quizás no fue la única.
Ustedes como matrimonio han tenido la valentía de permanecer juntos porque poseen indudables raíces experimentadas por 12 años de felicidad y 8 años más de tolerarse, donde indudablemente no todo ha sido negativo.
Sin embargo, ambos han cometido errores, no porque sean personas malas, sino porque no han desarrollado un proceso de duelo inicial, en el caso de su esposa en la aparente infidelidad suya, por lo que no puede cerrar la herida que se ha vuelto crónica y ante la incipiencia de su relación matrimonial desarrolló una conducta inapropiada que se denomina sexting: imágenes sexuales que se comparten por medios digitalizados entre dos personas que poseen cierta atracción entre sí (práctica muy peligrosa que puede devenir en chantajes, extorsiones, invasión de la privacía) y quizás también sexo presencial.
Sin embargo, es necesario iniciar un proceso de perdón hacia la otra persona dentro de la relación conyugal (el uno a la otra y viceversa), así como un proceso de perdón de sí mismos. Cada uno requiere una terapia individual y posteriormente de pareja para superar factores tan dolorosos.
No es apropiado buscar culpables a esta altura de la relación; sí es pertinente, necesario y sabio buscar soluciones. Sin embargo, existe esperanza, ¡sí se puede realizar!, y vivir una vida que realmente sea placentera, sin traumas como los que ahora los dos padecen, sin resentimientos, sentimientos de culpa, perdonándose y autoperdonándose, con valores y principios como el respeto, camaradería, elasticidad y amor.
Lo más seguro es que su esposa aún guarde buenos sentimientos hacia usted, Xavier (así como mucho dolor y resentimiento). En caso de que su esposa no desee iniciar la terapia, usted sí debe aceptarla, iniciarla y continuarla. Así se podrá volver atractivo hacia ella por la positividad y asertividad que desarrollará a través de la terapia y la animará a iniciar su propio proceso.
¡Adelante! Usted puede, no todo está perdido. Aún no han vivido ustedes los mejores momentos, individualmente y en el matrimonio. (F)
Ph.D. Eduardo Santillán,
Neuropsiquiatra, psicoterapeuta de individuos, parejas y familias, especializado en afectividad crítica y en casos complejos y traumáticos.
Telfs.: 098-720-2411 y 098-017-5745.