Perdió la virginidad
Tengo 20 años y sufrí una gran decepción. A los 15 me enamoré de un chico mayor a mí con el que tuve relaciones y perdí la virginidad. Pensaba que esa ilusión iba a durar, pero solo fue por un año y él me dejó. Mi vida se derrumbó y ahora que soy mayor de edad lo he superado. Actualmente estoy con un chico con el que tengo tres años y con el que nunca se dio cuenta de que no era virgen. Estoy a punto de casarme y no sé si decirle la verdad o callarme. Lo amo, pero siento que si se lo digo, lo perderé.
N.N.,
Santa Elena
La virginidad es un término cuyo significado y aplicación va a depender de la cultura, la religión y de cada individuo. Desde la religión, la virginidad es sinónimo de pureza de la mujer y se considera como un valor espiritual y un requisito para el matrimonio, es una decisión personal vivirla de esta manera. Desde lo social podemos ver que ha sido un concepto que durante muchos años ha servido solo para proteger la propiedad del hombre y de ahí que se le impusiera a la mujer, es decir, a los hombres no se les exige la virginidad dado que no son ellos quienes se embarazan. Pareciera que la virginidad y todos sus mitos solo buscan continuar con la represión y descalificación de la mujer desde el momento que no se consideran dignas si la han perdido. Pensar que la virginidad, puesta en la existencia o no del himen, implica descalificar a la persona en su totalidad, si la pareja que tiene solo la valora porque sea virgen o no, de alguna manera usted contribuye a ello cuando piensa que solo de esa manera la aceptará, no hay ninguna actitud que no sea construida. El problema fundamental no es si él la acepta o no, eso es algo que él tendrá que resignificar, sino la manera en que usted ante él se descalifica. Si la relación que tiene actualmente está lo suficientemente sólida entonces sabrá qué hacer, si tiene miedo de que no sea así, seguramente ha visto algo que le hace desconfiar de ello. Durante tres años le ha mostrado, compartido y han construido muchas cosas que hacen su relación enriquecedora. Si por decirlo él se aleja, entonces con él no hay nada que hacer; si lo guarda, entonces sabrá que hay cosas que ha decidido callar para que no se aleje de usted. Entonces, la pregunta será si quiere decírselo para que se quede con usted o guardarlo para que no se vaya. La manera como termina una relación es un reflejo fiel de la manera como se inició. Y usted hace cosas con su pareja para que se quede o para que no se vaya. Esa es la cuestión.
Mgs. Carmen Zea,
terapeuta familiar-educadora sexual. Telf.: 228-3531.