Permiso con anticipación

La única forma efectiva de lograr que nuestras circunstancias cambien es empezar el cambio por uno mismo, y el primer paso en su caso es comprender. Comprenda cuáles son los motivos de sus padres para actuar de tal manera. Los padres por lo general tienen ideales para sus hijos y temen que estos ideales se frustren, por eso sienten que deben protegerlos, y en ocasiones sobreprotegerlos, aunque no perciban que puede ser dañino y contraproducente. Eduque a sus padres sobre sus necesidades y de cómo su modelo de crianza le puede perjudicar, pero en este punto, cómo lo haga es muy importante. Hable con calma, sin irritarse, permítase conocer a fondo qué piensan ellos y hágales saber qué siente usted y por qué lo que hacen no es lo correcto. Compréndalos primero, solo después, pídales comprensión. Note que una regla basada en un ideal y no en un capricho, es susceptible de negociación. Analice qué motiva a sus padres para no permitirle salir y dialogue con ellos para llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes, pero reconozca que también tendrá que hacer sacrificios. Adicionalmente reflexione sobre sus propias actitudes. Suponiendo que su deseo tiene que ver con libertad, es necesario que asuma que la libertad solo es posible si se tiene responsabilidad y esta se muestra tanto fuera como en casa. Reflexione, ¿está cumpliendo con todas las obligaciones que le corresponden? Demuestre que es responsable, prudente, cuidadosa, que puede y sabe cómo cuidarse a usted misma, y la libertad vendrá como una consecuencia hasta inevitable. Será un derecho que no encontrará obstáculos.

Gabriel Moreno Layana,
psicólogo clínico. Telfs.: 099-732-1160, (04) 502-5734.