Perrito murió lesionado
Somos una pareja sin hijos, que volcó su cariño hacia un pequeño perro de raza shih-tzu, el cual hace poco fue atacado ferozmente por un labrador por irresponsabilidad de sus dueños, ya que este deambula sin correa ni bozal. Nuestra mascota murió por la gravedad de las lesiones, y ahora estamos desolados. Les agradeceríamos proporcionarnos un consejo legal, y de algún psicólogo u orientador.
Johnnie,
Guayaquil
Comprendo su pena y su deseo de castigar a quien, de modo irresponsable, permitió que su perrito fallezca en tan terribles y dolorosas circunstancias. El inciso primero del art. 2226 del Código Civil dispone que “el dueño de un animal es responsable por los daños causados por este, aun después de que se haya suelto o extraviado, salvo que la soltura, extravío o daño no puedan imputarse a culpa del dueño o del dependiente encargado de la guarda o servicio del animal”. Por tanto, si bien no podría iniciarse un proceso penal en contra de esa persona, se podría intentar una acción civil por los daños infligidos a usted y a su familia, aunque eso no va jamás a compensarle el perjuicio emocional ocasionado, y, menos, devolverle la vida al animalito.
El art. 1453 del citado código estipula que la obligación nace, entre otros, a consecuencia de un hecho que ha causado daño a otra persona, como en los delitos o cuasidelitos, la cual concuerda con la establecida en el art. 2.214, que establece que quien ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro está obligado a la indemnización, sin perjuicio de la pena que corresponda. Además, el art. 2229 ordena que todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona debe ser reparado por esta, y, el 2232, incluso, llega a establecer que los sufrimientos psíquicos, como angustia o ansiedad, están sujetos a reparación, dejando a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización.
En lo que concierne a la orientación psicológica que usted solicita, no podría recomendarle a alguien en particular; sin embargo, usted, como buen lector de La Revista, habrá leído las respuestas que, con mucho acierto, entregan los profesionales para asesorar a quienes padecen este tipo de sufrimiento y apelo a ellos para que le den sus sabios consejos. No obstante, puedo decirle que solo el tiempo cura las heridas. Ayuda mucho pensar en los momentos alegres que compartimos con nuestros seres queridos que ya no están más con nosotros, saber que, durante su existencia, jamás les fallamos y que hicimos todo lo posible para darles nuestros mejores cuidados, y, especialmente, mucho amor y comprensión. Con esto, me permito sugerirle que cambie sus recuerdos de los minutos atroces que vivió cuando murió su mascota, por las horas de felicidad que esta le dio.
Dra. Katia Murrieta,
Abogada. Telfs.: 231-1743, 231-2129.