Preocupación por matrimonio

23 de Octubre de 2011

Tengo un inconveniente. No sé si se le podría llamar desconfianza. Estoy a unos meses de casarme después de haber vivido 10 años con mi pareja, pero tengo miedo de que una vez casados se rompan los sentimientos porque todavía llevo grabado en mi mente cuando ella me fue infiel. Al tiempo, sin darme cuenta yo también herí sus sentimientos al involucrarme con otra mujer. Tengo miedo de que ella no me haya perdonado, ya que lo que me hizo no lo puedo borrar de mi mente y eso hace que desconfíe un poco. Tenemos dos niños y le doy la libertad para que siga estudiando en la universidad, he conversado con ella, pero siempre dice que me ama. Ayúdeme para recuperar la confianza en mi esposa.

J.L.
Guayaquil

En una relación de amor, la reciprocidad es la base del equilibrio. Cuando la reciprocidad se rompe, el equilibrio también y con este, la confianza se pierde. Una relación de amor donde la confianza se pierde fracasa por los sentimientos de culpa que cada uno lleva sobre sí. La infidelidad carga al otro, a menos que el que haya sido infiel asuma su responsabilidad y diga: “Lo bueno de nuestra vida juntos lo reconozco. Aquello que no fue bueno de mi parte lo cargo yo. Aquello que no fue bueno de tu parte lo dejo en tus manos”, y después de esta mirada –diferente a la mirada del perdón que hace más grande al que perdona y más pequeño al culpable–, seguramente descubrirán un nuevo brillo en sus ojos. Recuerde siempre esta frase: Vida sí, moral no. Esto es independiente del hecho de que hayan estado juntos 10 años o de que se vayan a casar en pocos meses. El no haberlo hecho antes pudo tener que ver con la infidelidad, por un compromiso que no fue establecido en el momento que correspondía. Para que haya existido infidelidad es posible que alguien no estuvo disponible plenamente y entonces la pareja miró hacia otro lado, buscando lo que el ser humano busca: amor y reconocimiento. Pregúntese: ¿cómo ha sido mi disponibilidad en esta relación?, ¿ha sido mi pareja la persona a la que le he dedicado mi tiempo, con atención amorosa y ante quien me he dispuesto servir plenamente?

Bert Hellinger desde las Constelaciones Familiares dice: “La mujer sigue al hombre y el hombre sirve a la mujer y a sus hijos”. Si este orden se rompe, la relación no es clara. En la relación, ambos deben estar en el mismo lugar, ninguno de los dos le da permiso o libertad al otro para ser, para hacer, para estudiar o trabajar. Esa creencia los separa. El amor no se puede sostener con los hijos. Solo el hombre y la mujer en su mutua mirada lo sostienen, lo fortalecen, lo hacen crecer en el acto de dar y tomar, por igual y más, cada día, más amor, más equilibrio, más respeto, todo esto, desde el ‘orden del amor’, que implica el que cada uno ocupe su lugar en la relación, como hombre y como mujer. Felicidades en su nueva etapa de vida desde lo que implica un compromiso de amor.

Óscar Nieto Barquet,
Psicólogo clínico: Psicoterapia Sistémica Familiar.
Telfs.: 238-0467, (09) 849-6326.

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