Se siente fea

Su pregunta involucra tres aspectos a considerar: adolescencia, autoestima e imagen corporal. Factores ligados entre sí y que se afectan consecuentemente. La adolescencia se caracteriza por provocar sentimientos de inconformidad consigo misma, es un sentimiento muy común en esta etapa, ya que los cambios físicos y emocionales por los que pasan los adolescentes se experimentan día con día. Como también se manifiestan otros cambios a nivel socioafectivo y cognoscitivo, desarrollándose con ello la capacidad de reflexionar y pensar sobre uno mismo y de aceptar una nueva imagen corporal. Es un verdadero cambio integral, de naturaleza fluctuante, en el cual la persona está construyendo su identidad, por lo que las percepciones (lo que piensa) de sí mismo y las provenientes de su entorno le afectan mucho.

Es un proceso natural, sin embargo, para algunos adolescentes, podría convertirse en un serio problema de personalidad, pues la autoestima del adolescente puede verse afectada por esas percepciones más de lo esperado, sobre todo cuando están asociadas a un entorno poco constructivo, como lo puede ser un hogar donde los padres, familiares o colegio brindan poco o ningún apoyo a la imagen del adolescente.

La autoestima es la idea que tenemos acerca de nuestra propia valía como personas y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo y aprendiendo durante nuestra vida. Estos conceptos los obtenemos de quienes nos rodean, principalmente de nuestros padres. Sentirse cómodo dentro de uno mismo, aceptarse tal y como uno es y quererse sin condiciones es esencial para la supervivencia psicológica y para la salud mental del individuo. Pero no es algo que los adolescentes consigan ni rápido ni fácilmente.

Así, la imagen corporal es una consecuencia de esos aprendizajes e interpretaciones y suele tener un impacto muy fuerte sobre la autoestima. El aspecto físico, sobre todo cuando se es niño o adolescente, juega un papel muy importante en las relaciones interpersonales y, por lo tanto, en la formación y en el desarrollo de la autoestima. El juzgarse y rechazarse a sí mismo produce un enorme dolor, dañando considerablemente las estructuras psicológicas que literalmente nos mantienen vivos.

Sería importante que usted tomara en consideración si este malestar se presenta con regularidad y si no hay otros síntomas, que nos darían pistas de la presencia de un desorden llamado Trastorno Dismórfico Corporal o TDC. El TDC es un trastorno de la personalidad, una condición que tiene que ver con las obsesiones y pensamientos preocupantes que surgen de forma repetitiva en la conciencia de una persona. Cuando se padece de TDC, los pensamientos preocupantes son sobre imperfecciones que la persona percibe, pero debe distinguirse del pensamiento normal, pues quien padece de TDC tiene estos pensamientos de forma compulsiva y obsesiva, con las dolorosas consecuencias de sufrimiento y afectación emocional.

Al trastorno TDC también se le ha llamado ‘fealdad imaginaria’, porque los temas sobre la apariencia que obsesionan a la persona suelen ser tan pequeños que las otras personas ni se dan cuenta de ello.

Usted podría obtener muchos beneficios de una terapia, tanto para diagnosticar y tratar el TDC, problemas de autoestima o solo ayudarla con los cambios de la fase adolescente, acudiendo a un especialista en salud mental con experiencia. La terapia cognitiva conductiva puede ser de mucha ayuda. Este enfoque ayuda a corregir el patrón que está causando la distorsión de la imagen del cuerpo y la preocupación excesiva por su apariencia. (F)

Dra. Glenda Pinto Guevara,
Psicóloga Clínica
(T. TREC. Pareja, niños, adolescentes, adicciones)
Telfs.: 232-4066, 09-961-2322