Válvula peritoneana
Tengo una niña de 7 años. Hace tres años le colocaron una válvula peritoneana y luego le extrajeron un tumor en la parte posterior de la cabeza. El resultado de la biopsia dio astrocitoma pilosítico 1. Mi hija salió con la gracia de Dios bien de aquella operación y tiene una vida normal, va a la escuela y no hay secuelas, además recibe controles con los especialistas. La pregunta es si aquella válvula debe cambiarse, cada qué tiempo y cuáles son los riegos. También quiero saber cuáles son los efectos secundarios a futuro por tomar epamín (3cc).
Papá AZ,
Guayaquil
Ante todo permítame felicitarlo por el hecho de que si el diagnóstico fue astrocitoma pilosítico y si la resección del tumor fue completa, a su hija podría considerársela curada, es decir, no requiere en este caso ni quimioterapia ni radioterapia, sino solo observación con el especialista.
Sobre la pregunta que usted hace: si la válvula ventrículo peritoneal se la debe retirar, depende de varios factores. Primero, considerar si antes de la resección quirúrgica presentó hidrocefalia (complicación del tumor en fosa posterior), fue grande o no. Segundo, si la resección fue completa y en los controles de resonancia magnética se observa permeabilidad de la circulación del líquido cefaloraquídeo en todo su sistema ventricular y con tamaño normal de los ventrículos.
En estos casos es posible considerar el retiro de la válvula siempre y cuando primero se realice un cierre temporal del catéter peritoneal en el trayecto del mismo para mantenerlo por unas 72 horas en observación. Si durante ese tiempo no presenta ninguna manifestación clínica de un aumento de la presión intracraneal y si, además, en la tomografía de control durante esta prueba no hay cambios en el tamaño de los ventrículos, existiría la posibilidad de retirar la válvula. Esto es considerado porque existen estudios en los cuales se ha observado que no todos los pacientes con tumor en fosa posterior (ubicación del cerebelo) requieren de válvulas, ya que en algunos casos no tienen aumento del tamaño ventricular, es decir, no se presenta esta complicación. O si esta se presenta y si se hace una resección total del tumor y si durante la cirugía se visualiza el cuarto ventrículo (parte de las cavidades antes mencionadas), hay una alta posibilidad de que no requiera de válvula.
En el caso de su hija, que ha requerido una válvula ventrículo peritoneal, hay que mantenerla con observación radiológica periódica durante el crecimiento (preadolescencia) del catéter peritoneal, porque al crecer la niña se acorta este catéter quedándose en la pared abdominal y requerirá de una prolongación del mismo. Los riesgos de la cirugía son menores que la implantación total de la válvula peritoneal. Respecto del uso del epamín pueden existir algunas complicaciones que pueden ser controladas a tiempo.
Dr. Alberto Valarezo Chuchuca,
Neurocirujano. Telf.: (09) 868-6027.