Volver con la esposa
Hola, tengo 53 años y mi esposa 55. A los 13 años de casados, con tres hijos, me separé de ella, por una mujer más joven, con la que tuve un hijo, y todo ese tiempo viví con cargo de conciencia y siempre pendiente del bienestar de la familia que dejé.
A los 6 meses de haber nacido el niño, volví a mi hogar, para felicidad de mis hijos. Sin embargo, recibí la noticia de que iba a ser padre de un quinto hijo, con la otra señora, y de un sexto, con mi esposa. Tuve que abandonar otra vez a mi familia. Perdí la vergüenza, me hice mujeriego y parrandero, no cumplía con mis obligaciones completas con todos mis hijos.
Llegué a vivir solo, pero fue peor el remedio que la enfermedad, me hice bebedor y mujeriego. Compartía unos fines de semana con mi esposa y otros con la otra señora, y finalmente volví con ella.
Mi relación con mi esposa se mantenía como siempre, buena comunicación, siempre preocupados uno del otro, pero nada más íntimo; nunca nos divorciamos. Ella no pudo rehacer su vida y siguió sola, con la esperanza de que yo regresara.
En mi otro hogar, solo funcionaba la pasión, el resto se deterioró. La convivencia era una bomba de tiempo, hasta que reventó y me fui definitivamente de ahí.
Mi esposa, después de 18 años de padecimientos, me reabrió las puertas de la casa. La felicidad es mutua, con mis 4 hijos y dos nietos. Pero el fantasma del pasado empezó a rondar. La pasión no existe, y para poder corresponder a mi esposa he tenido que usar pastillas. Ella lo atribuía al hecho de que soy fumador, pero ha empezado a pensar que yo sacio mis deseos en otro lado. Soy sincero, lo he hecho dos veces porque he sentido la necesidad, mas no por otra cosa.
Quiero que mi nueva forma de vida sea para siempre con mi esposa, la mujer que me comprende, que se preocupa por mí, la que amo. Leí en esta sección un tema de parejas asexuales, no deseo vivir de esa manera. Me gustaría contar con sus opiniones para buscar pronta solución.
Don Prime,
Guayaquil
Estimado señor, daría la impresión que por años ha tenido una adicción al sexo y, en cambio, un bajo deseo por su esposa; por lo general es que se ve a la esposa como la madre de sus hijos y se la deserotiza, mientras a las otras se las ve como lo prohibido e interesante. No es fácil, pero se puede volver a erotizar la relación de pareja estable o matrimonio. Eso sí, será necesario abandonar las relaciones paralelas para que la terapia funcione. Por lo que le sugiero terapia individual para aclararse usted y luego o simultáneamente hacer terapia de pareja y sexual con un especialista con experiencia en esos dos campos. Ojo, no todo el que se anuncia como sexólogo lo es.
Dr. Germánico Zambrano,
Médico psiquiatra sexólogo.
Telfs.: 239–0381, 098–897–8112.