‘Ayúdame a hacerlo solo’

Esta es una de las máximas de la italiana María Montessori, creadora de la pedagogía que reúne a los niños según sus intereses de aprendizaje y no según grupos de edad o estimaciones de inteligencia.

El pilar de la pedagogía Montessori es que los adultos pueden enseñarles a los niños a valerse por sí mismos y a desarrollar sus propias capacidades. Los pequeños, al año y medio, ya pueden hacer su propio “arreglo floral” en un florero, pone Yanina Mik a modo de ejemplo.

“Actualmente, no nos topamos muy a menudo con una concepción que vea al niño como un ser motivado, que quiere ser independiente y que aprenda por interés propio”, observa Mik, formada en la escuela Montessori.

¿De dónde viene esta línea educativa? La médica y pedagoga María Montessori nació en Italia en 1870 y planteó una filosofía y una práctica educativa distintas, que tienen como centro el desarrollo de la independencia del niño. “Ayúdame a hacerlo solo” es una de sus frases centrales.

Esta pedagogía no solo se aplica en el ámbito escolar. También se ve reflejada en otros rubros que van más allá de la crianza o de la comunicación interpersonal y que respetan las capacidades y los deseos de aprender en la infancia.

Actualmente, muchas instituciones se han sumado a estas ideas, también a nivel mundial. Son cada vez más entidades las que se diagraman a partir de grados que no están divididos por niveles educativos o que eliminan la calificación con nota.

¿Es una pedagogía que esté a la altura del mundo digital? Jorge Boysen, especialista de la escuela Montessori, no ve ninguna contradicción entre una cosa y otra. Asegura que los contextos cambian, pero que los principios fundamentales siguen siendo los mismos.

“Yo creo que uno debe ir al encuentro de cada niño en el sitio en el que esté. Hoy las sociedades se han vuelto más heterogéneas. La pedagogía Montessori encaja muy bien con esta realidad”.

Los 15 mandamientos

María Montessori desarrolló 15 principios para que los padres entiendan si están tratando bien a sus hijos:

1. Recuerda siempre que los niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo.

2. Si criticas mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar.

3. En cambio, si lo elogias con regularidad, él aprenderá a valorar.

4. ¿Qué ocurre si le muestras hostilidad al niño? él aprenderá a pelear.

5. Si se ridiculiza al niño de modo habitual, será una persona tímida.

6. Ayuda a que tu hijo crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar en los demás.

7. Si desprecias a tu hijo niño con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo de culpa.

8. Propicia que tu hijo vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que se sientan bien ellos mismos.

9. Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.

10. No hables mal de tu niño, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está.

11. Concéntrate en que tu hijo está creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo bueno del niño de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo.

12. Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.

13. Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo. Lo corregirá, ahora o quizá un poco más adelante.

14. Debes estar dispuesto a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también estar dispuesto a permitir que encuentre las cosas por sí solo.

15. Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele lo mejor que hay en ti mismo.

No nos topamos a menudo con una concepción que vea al niño como un ser motivado, que quiere ser independiente y que aprenda por interés propio”
Yanina Mik

Fuente: DPA