Navidad en hogares separados
Sí es posible tener una celebración pacífica, asegurando el bienestar de los hijos, si ambos padres están dispuestos a ceder en algunas de sus exigencias y a hacer esfuerzos por abrir la comunicación.
“Los días 24, 25 y 31 de diciembre tienen todos 24 horas”, es el recordatorio que hace a menudo a las familias la psicóloga clínica Sonnia Navas. “Muchos padres se han peleado de la forma más terrible por quién estará a las 00:00 con los hijos. Lo más recomendable en estos casos es flexibilizar el pensamiento”, señala. “Genera muchísimo estrés para los chicos el que un mes antes ya se esté hablando y peleando por el tema”.
¿Todo lo contrario al ambiente que quiere crear para su familia? Organícese. “Si se trata de niños pequeños en edad preescolar o escolar, bien pueden salir a almuerzo navideño y tarde de juegos con uno de los dos padres, quien los llevará a casa del otro progenitor para que pase la cena navideña”.
Navas recomienda especialmente no enfocarse en complacer al resto de la familia o a la tía tradicional que quiere verlos a todos sentados a la mesa. “Lo importante es hacer felices a los hijos, sean niños o adolescentes”.
Los hijos tampoco tienen que estar obligados a declarar su preferencia. “El diálogo tiene que ser entre los padres”, continúa Navas. “Dar a escoger es algo que corresponde a los hijos mayores de edad. Colocar más presión sobre un menor, que tenga que asumir la responsabilidad frente al otro padre y admitir que no quiere estar con él o ella a tal o cual hora, es un poco crudo”. Lo esencial es que ambos padres cedan en ciertas expectativas y que los chicos puedan pasar “un día lindo, con desayuno, almuerzo y cena navideña”. El día ofrece muchas opciones para estar con los dos, no tiene por qué haber fricción.
Separaciones definitivas
Cuando la distancia física es insalvable, Navas pide que el padre o la madre busquen todos los medios posibles para la comunicación: Skype, WhatsApp, teléfono, la manera que fuere. “Porque es la actitud del padre la que ayuda a que el joven o el niño no sientan la situación de forma dramática. Lo peor es un padre de familia amargado por sus propias circunstancias, porque eso lo proyecta en los hijos”.
También es factible que el hijo vaya a visitar a la familia de papá o mamá en estas fechas, que haya un acercamiento. “Y sugeriría que se realicen actividades solidarias, especialmente si hay alguna situación de ruptura muy fuerte, sea por muerte o por otra causa mayor; que esa entrega se la haga en nombre del padre que no está. Que se note que se está pensando de manera positiva en esa persona”.
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Que nada empañe el ambiente
La primera Navidad o Año Nuevo después del divorcio se vive un proceso de duelo y como tal, es doloroso. “Yo sugeriría que se integre mucho a la familia: los primos, los jóvenes, los niños, y hacer una especie de tiempo fuera, sin enfrentamientos ni peleas, para que los chicos pasen las festividades con tranquilidad”, dice Navas.
En estas ocasiones es fundamental ceder de lado y lado, hacer buenos acuerdos, organizarse con tiempo, buscar por encima de todo la armonía, y esto empieza por su excónyuge. “De por sí el divorcio es difícil; la persona que usted tiene en frente nunca va a ser como desearía que fuera; si hubiese cumplido con todas sus expectativas, no se habrían separado. Es primaria la armonía y, a partir de ella, que los hijos puedan estar en paz”.
Que los niños sepan que...
El doctor Richard Kingsley, de la División de Salud de la Conducta del sistema pediátrico Nemours, explica que todos los hijos de hogares separados deben saber que:
1. Ellos no son los causantes de la ruptura, ni pudieron evitarlo portándose mejor o sacando mejores calificaciones. Existen muchos motivos por los cuales la gente se divorcia. Tal vez, la relación se haya enfriado. Quizás el amor mutuo que alguna vez ambos sintieron haya cambiado. Tal vez, se pelean y no pueden ponerse de acuerdo acerca de nada.
2. Existen maneras de manejar los sentimientos de enojo y frustración que están experimentando, como pegarle a la pelota de béisbol o correr a toda velocidad durante todo el tiempo que resistan. Pero nunca deben descargar sus sentimientos en otra persona.
3. También puede resultar útil contarle a alguien cómo se sienten. Si están realmente enojados, deben expresarlo.
Algunas veces esto es solo el comienzo de muchas conversaciones. Puede ser con uno de los padres. Si eso no es posible, puede ser con un hermano o hermana, un maestro, un consejero escolar o uno de los abuelos. (F)