A comer mangos
Mi amiga Jessie Coppianno no es una repostera profesional, pero la adornan muchas otras virtudes que no se comparan con una titulación. Sentadita en su silla de ruedas temporal, se dedicó a preparar unas delicias a base de mango, precisamente ahora que nuestra extraordinaria y supergenerosa madre tierra nos da de sus nobles entrañas esta fruta que ubica a Ecuador en un importante productor.
Transitar por los caminos del Litoral es recrearse con la multiplicidad de opciones: mango de chupar, de manzana, canela, de la India, de Manila o el Atahúlfo, que es tan grande y aromático que no permite llegar a la casa y comerlo como Dios manda.
¿Y cómo es que se come un mango?
• Después de lavarlo, se hace un corte vertical, paralelo a la pepa, con lo que se obtiene una tajada que debe estar protegida por la cáscara. Con cuidado se introduce solamente la punta del cuchillo tratando de formar pequeños dados. Con una ligera presión, en sentido contrario únicamente con la yema de los dedos, se logra tener la pulpa para llevarla fácilmente a la boca. No se olvide de tener siempre una servilleta a la mano.
• Esta no es la mejor forma de presentar el mango en una mesa formal. Aquí es donde entran las artes de mi amiga a quien le pregunté si tendría objeción en que presentáramos su receta en la columna. Con su proverbial generosidad respondió que sí. Entonces, consciente de que no me va a poner ninguna demanda ni que me va a mandar al paredón, aquí tienen la facilísima y deliciosa preparación: licuar un litro de helado de vainilla con una lata de leche condensada. La pulpa carnosa de cuatro mangos se la corta en dados pequeños, unir todo y ¡ya está!, lista para servir en pequeños reposteros. Se come con cuchara para postre.
• Si queremos halagar otros paladares podemos presentar una bavaroise de mango; sírvala con cuchara de postre igual que el mousse de mango.
• Se puede hacer un cheessecake de mango, pero esta ricura se sirve con tenedor, el pequeño de tres dientes.
• Si tiene cucharas para helados, son las aconsejables para una presentación en copas.
• El uso de hilo en los espacios interdentales es imprescindible si se quedó en la carretera chupando mangos.
Y ya se me hizo “agua la boca” solamente de pensar en los riquísimos mangos con sal… (O)