Felices fiestas
La palabra “protocolo” se la suele relacionar solamente con el ámbito diplomático, con el ceremonial de estado o con el protocolo del ejército y las fuerzas de seguridad.
En la religión católica estamos en los días de la novena (hoy es el quinto), vamos a ver que aquí también se aplica un protocolo, ajustado a esta celebración cristiana. Es buen momento para enseñar a los niños que hay un ordenamiento para cada ocasión, y de esto se trata el protocolo.
Para que la palabra no cause escozor, es la forma de actuar adecuadamente, de relacionarse con consideración y cortesía, en el lugar que nos encontremos.
• Frente al pesebre no debemos estar con el teléfono, ni con la tablet.
• Una muestra de respeto es esperar que la dueña de casa nos dé la señal de ubicación e inicio para la novena. Si estamos en la casa parroquial, le corresponde al sacerdote.
• Haciendo la señal de la cruz comenzamos con nuestro rito.
• Siempre hay una oración al inicio. Las personas que hacen las oraciones pueden ser distintas cada día.
• En el momento de reflexión los niños tienen la oportunidad de expresar sus pensamientos y su sentir.
• Dependiendo de la edad de los congregados se puede hacer lectura del Evangelio. Hoy le corresponde a San Lucas, 1-39-56, que habla de la visita a Isabel.
• Antes de finalizar con los villancicos, se pueden expresar en voz alta los propósitos que se tienen para estas fiestas.
• Delegar a distintos niños la responsabilidad de dejar en orden los libros, cancioneros o panderetas.
• Recordar a los pequeños que no se toca nada de la mesa hasta que la anfitriona así lo disponga.
• El pan de pascuas y el chocolate que la dueña de casa ofrece, es para servirse ahí, no hay posibilidad de llevar nada.
• Recordarles también que debe hacer buen uso de la servilleta y que no se la hace bulluco.
En esta celebración imperan las tradiciones y costumbres del lugar. En Cuenca se realiza el Pase del Niño, para la cual también hay un ordenamiento específico.
El protocolo, o conjunto de formalidades, nos permite realizar ordenadamente toda clase de actos, sean oficiales, empresariales, sociales, deportivos o comunitarios, dentro de los términos y necesidades de cada uno. Es como las fórmulas que nos enseñan en el colegio: consideración más cortesía, igual protocolo.
Que la estrella de Belén ilumine refulgente todos los hogares de nuestra patria y cada rincón de nuestras casas. (O)