Y ya lo ve…y ya lo ve…
En las inmediaciones de todo escenario deportivo se puede medir la intensidad de cada encuentro. No importa el tipo de deporte que se practique, puede ser en individuales, como en tenis o pimpón, o en equipo, como es el caso del básquet, béisbol o el más popular de todos los deportes en el planeta, el fútbol.
• Para que haya armonía hay que propiciar una actitud ecuánime, lo que significa tener control. Que no se le salga a cada momento “veesehijue…”.
• No permitas que tus canales de recepción, tus ojos, oídos, el olfato, gusto y tacto se contaminen escuchando expresiones soeces y groseras. Eso no le hace bien a tu espíritu, por el contrario, te disminuye y te deja como en una situación de abandono. Por esa razón, “no te juntes con esa chusma” que lejos de aportar algo constructivo, te dejan una sensación negativa.
• Si estamos en calidad de espectadores de cualquier juego, debe primar un sentido de prudencia; nunca se debe decir groserías para herir a los contrarios.
• En este punto hay que considerar que los adversarios no son los enemigos, ni que el encuentro es la guerra del fin del mundo.
• Los colegas periodistas, que con su madurez y experiencia deben hacer abstracción de su posición personal, están en la obligación moral de orientar y dirigir en bien a la audiencia. El periodista lleva intrínseca en su labor una especie de “maestro” sin título de docente, por lo tanto, en ninguna circunstancia se pueden propiciar señas o expresiones de violencia.
• Una actitud noble es promover el juego limpio, sin importar la disciplina que se esté ejecutando.
• Las abuelas nos decían que “en la mesa y en el juego se conoce quién es quién”.
• Hay juegos como el tenis o el ajedrez que imponen absoluto silencio, todo en beneficio del nivel de concentración de los jugadores.
• La algarabía, felicidad y espontaneidad no están reñidas con las buenas costumbres. No se saque la camiseta con el cuento de que está “felish”.
• También es necesario saber que no se deben ingresar comida ni bebidas a los graderíos. Disfrute cómodamente de su refrigerio, sentado cómodamente y con los alimentos sobre una mesa.
• Una actitud digna es felicitar al equipo ganador. Esto no es minimizarse ni degradarse, por el contrario, es una demostración de caballerosidad y cortesía.
Y ya lo ve… y ya lo ve… es el equipo de Emelec. ¡Felicitaciones, campeón! (O)