Cansancio mental

03 de Noviembre de 2013

Los problemas de la vida diaria o el exceso de responsabilidades pueden generar agotamiento. Buscar la forma de librarse de este es un buen plan.

Juan es un ingeniero que está cansado mentalmente. La razón principal se genera en la empresa para la cual labora, donde ha empezado el último trimestre del año. Una época en la que se deben enfrentar mayores retos: elaborar a diario el presupuesto del próximo año, esforzarse más para concluir con los proyectos iniciados o preparar informes.

Tales actividades, dice Juan, lo mantienen preocupado la mayor parte del tiempo. Sin embargo, también lo hace por cumplir con las responsabilidades que tiene con su esposa y sus dos hijos, sobre todo, cuando aparecen situaciones o problemas que debe resolver.

Juan afirma que termina agotado mental y físicamente. Esto último sin haber hecho una actividad física importante. Lo suyo, considera, se llama cansancio mental, unido a “un sentimiento de frustración al ver que el tiempo pasa y no se tiene la tranquilidad deseada por los compromisos, las preocupaciones y las responsabilidades”.

Según el psicólogo clínico Gabriel Moreno Layana, el cansancio mental puede producirse por la actividad intelectual intensa y constante, el exceso de estímulos emocionales y cognitivos, y por la falta de impulsos diferentes a los de una actividad rutinaria.

“Nuestra cultura demanda cada vez más atención, esfuerzo, voluntad, astucia y, a veces, aceptamos las reglas del juego sin recordar que no somos máquinas”.

En realidad, agrega, existe un discurso en auge que pretende convencernos de que no tenemos límites. Está bien, dice, mientras el objetivo sea superar obstáculos psicológicos, pero no cuando ignoramos los límites de nuestro cuerpo que nos los recuerda mediante síntomas que se generan.

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Una persona cansada mentalmente, explica, puede estar irritable y somnolienta. Con mayor dificultad para mantener la atención y tolerar la frustración, para encontrar placer en sus actividades diarias y mostrarse tensa inclusive. “Es muy común que se presenten con urgencias, aunque sus tiempos de respuesta no siempre sean los más efectivos”.

Para Jorge Pazmiño, psicólogo organizacional y máster coach, un esfuerzo mental continuo produce lo que se denomina fatiga mental; y ocurre cuando se trabaja sobre un problema determinado durante mucho tiempo. Un ejemplo tradicional son las típicas preocupaciones. Muchas personas suelen sufrir dos veces: antes de que ocurran los problemas y cuando realmente ocurren, para lo cual una excelente estrategia es conocer que todo inconveniente también pasará por complejo que parezca.

Lo primero que afecta el cansancio mental, indica Pazmiño, es el nivel de atención. Esto daña la capacidad de análisis de datos, de toma de decisiones y de concentración. En ocasiones, se traduce en una forma de realización del trabajo propia de personas inexpertas con errores que, a simple vista, parecen inexplicables, aunque la persona no considere que su eficiencia sea menor.

“Podría considerarse la fatiga como el escalón previo y la causa principal de muchos accidentes laborales e inestabilidad emocional, provocando irritabilidad, lo cual influirá directamente en sus relaciones personales”, asegura Pazmiño.

Estado de vigilia

Un componente más de la fatiga mental, dice Moreno, es la ansiedad en niveles altos que provoca un estado de vigilia permanente. Pero no siempre estará asociada a problemas psicológicos, aunque sí a desequilibrios comunes en la gente.

En sentido metafórico, agrega, lo que produce cansancio mental no es correr, no es a dónde se corre, es cómo se corre. Alguien puede fatigarse tanto en una carretera abierta como en una caminadora, pero si se exige de sí más de lo que puede, se asegura fatiga. De ahí que se presente en personas que no padezcan de un cuadro clínico y en algunas que sí.

“Si hablamos de un diagnóstico en particular, en el trastorno obsesivo-compulsivo podría darse con mucha facilidad debido a la excesiva atención a detalles y la producción recurrente de pensamiento ansiógenos. La hipomanía, caracterizada por un humor y exceso de energía, también sería una condición idónea para la fatiga mental”.

Límite del cansancio mental

Una fórmula muy evidente para notar el límite del cansancio mental, dice Pazmiño, es cuando comenzamos a cometer demasiados errores que normalmente no haríamos. Incluso cuando empezamos a agrandar los problemas.

“De hecho, actualmente gracias a la aceleración de los resultados, las personas suelen ahogarse más en pequeños vasos con agua que en los océanos. Un síntoma muy frecuente es nuestra irritabilidad, lo que nos haría ofender a personas que realmente valoramos”.

El cansancio mental, dice Moreno, también predispone a omitir responsabilidades y acciones cruciales tanto en su actividad diaria como en las relaciones sociales. De ahí que una persona en este estado pueda incurrir en actos que saboteen sus posibilidades de éxito en cualquier circunstancia.

Círculo vicioso

Entre el cansancio mental y la desmotivación, dice Moreno, existe un círculo vicioso: el uno es causa y refuerzo del otro. Contrariamente a lo que podríamos pensar, muchas veces es la motivación acompañada de altos niveles de energía, que solo es negativo cuando no existe enfoque, lo que podría estar detrás del cansancio mental.

Es posible también, agrega, que exista relación entre el cansancio mental con desequilibrios en nuestra autoestima. No necesariamente hacia una baja, sino a una elevada. “La autovaloración, la autoimagen y la motivación son solo una parte de todo nuestro motor psicológico”.

Incluso, la motivación y una elevada autoestima sin enfoque y sin inteligencia emocional pueden llevar a que una persona cree expectativas irreales en la universidad, el trabajo, la familia, asegurándose frustraciones y asentando las bases idóneas para que exista fatiga.

“La motivación tiene una considerable relación con la fatiga mental. Si la motivación disminuye, la fatiga será mucho más rápida; y en el caso de que la motivación aumente, la fatiga con el adecuado relajamiento y descanso también disminuye”, asegura Pazmiño. (S.M.de.C.)

 

Desaparezca la fatiga

Gabriel Moreno y Jorge Pazmiño sugieren los siguientes tips para que el cansancio mental desaparezca:

• Busque entre sus actividades diarias espacios para desconectarse de sus obligaciones.

• Autoevalúese para conocer si se está exigiendo demasiado o si probablemente la actividad que realiza no es la que usted puede manejar con mayor pericia. Busque armonía entre sus cualidades reales y las demandas de su entorno.

• Sea optimista y haga terapia de relajación a diario.

• Libérese de apegos a los resultados y en especial a la búsqueda de la excesiva perfección.

 

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