Nutrición según su edad

15 de Abril de 2018
  • Una vez que el niño está incorporado a la dieta y mesa familiar, los padres deben poner el ejemplo en la alimentación.
  • Mientras crece se puede hacer la transición de líquidos a blandos y, finalmente, sólidos.

Su alimentación lo define. Si desea que su hijo se convierta en un adulto saludable, es importante cuidar su nutrición desde bebé.

Alrededor de los seis meses, las necesidades de energía y nutrientes del lactante empiezan a ser superiores a lo que puede aportar la leche materna, por lo que se hace necesaria la introducción de una alimentación complementaria. A esa edad el niño también está suficientemente desarrollado para recibir otros alimentos. Si no se introducen alimentos complementarios alrededor de los 6 meses o si son administrados de forma inadecuada, el crecimiento del niño puede verse afectado.

¿Qué recomienda la OMS? Primero, seguir con la lactancia materna a demanda (antes de los 6 meses debe ser su único alimento), con tomas frecuentes, hasta los 2 años o más.

También es importante ofrecer una alimentación que responda a las necesidades del niño (por ejemplo, darles de comer a los lactantes y ayudar a comer a los niños mayores; darles de comer lenta y pacientemente, alentándolos a que lo hagan, sin forzarlos; hablarles mientras tanto y mantener el contacto visual).

Los padres deben mantener una buena higiene y manipular los alimentos adecuadamente, y empezar a los 6 meses con pequeñas cantidades de alimentos y aumentarlas gradualmente a medida que el niño va creciendo. Se puede incrementar gradualmente la consistencia y variedad de los alimentos. Lo mismo ocurre con el número de comidas: dos a tres al día para los lactantes de 6 a 8 meses y tres a cuatro al día para los de 9 a 23 meses, con uno o dos refrigerios adicionales si fuera necesario.

Ofrecer alimentos variados y ricos en nutrientes y durante las enfermedades, aumentar la ingesta de líquidos, incluida la leche materna, y ofrecerles alimentos blandos y favoritos.

¿Qué dice un especialista local?

El médico pediatra Édgar Játiva Mariño MSc. Ph.D. (c), presidente ejecutivo del Instituto de Salud Materno Infantil (Isami) y vocal por Ecuador en la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, ofrece algunas pautas sobre la especial importancia de una buena nutrición en los recién nacidos y niños de Ecuador, país con un alto índice de adultos con enfermedades cardiovasculares y diabetes.

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“Ambas enfermedades tienen que ver con el azúcar y con la sal”, enfatiza. Por eso, sugiere que los padres no agreguen estos aditivos a las comidas de los bebés o niños. “El sabor que le pone la mamá es el sabor que ella adquirió”, explica. “Pero si a un niño se le enseña desde lactante que el azúcar y la sal no son indispensables, nosotros comenzaremos a tener una nueva cultura de alimentación”, propone.

También llama la atención sobre el dar comida chatarra en exceso a los niños. “Los alimentos deben tener una concentración adecuada de proteínas, de calorías y de grasas. No puede haber un exceso de alguno de ellos. Si le damos una dieta hipercalórica, lo estaríamos mal acostumbrando”. “Si los cuidamos desde su nacimiento y cambiamos la mentalidad de la familia sobre qué es lo mejor para ellos y los animamos a no dejarse influenciar por el comercio y por la publicidad, la salud de los ecuatorianos tendrá un futuro mejor”.

Datos y cifras

De acuerdo con la Convención sobre los Derechos del Niño, todos los lactantes y niños tienen derecho a una buena nutrición.

El 45% de las defunciones de niños se asocia a la desnutrición.

Se calcula que en 2016, a nivel mundial, 155 millones de niños menores de 5 años sufrían retraso del crecimiento y 52 millones presentaban un peso bajo para su talla; 41 millones tenían sobrepeso o eran obesos.

Aproximadamente el 40% de los lactantes de 0 a 6 meses se alimentan exclusivamente con leche materna.

Son pocos los niños que reciben alimentación complementaria segura y adecuada desde el punto de vista nutricional; en muchos países, menos de un cuarto de los niños de 6 a 23 meses cumplen los criterios de diversidad de la dieta y frecuencia de las comidas apropiadas para su edad.

La mejora del desarrollo infantil y la reducción de los costos sanitarios gracias a la lactancia materna generan beneficios económicos para las familias y también para los países.

 

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