Consejos para la observación de ballenas jorobadas​

La zona costera del país se alborota desde julio hasta octubre con los viajeros que llegan para observar los saltos de estos cetáceos migratorios.

La primera ocasión en que salí en un tour de avistamiento de ballenas jorobadas, hace unos diez años, me mareé tanto que no pude disfrutar de la experiencia. Mi estado se debió, además del bamboleo del mar, a que me senté en la parte posterior del bote, cerca del motor, por lo que pasé buena parte del viaje aspirando el olor a combustible quemado.

La segunda oportunidad en que realicé el recorrido fui con la intención de tomar buenas fotos de esos mamíferos marinos, así que pasé estresado tratando de captarlos con el lente de mi cámara, lo cual, déjenme decirles, es un trabajo que requiere demasiada paciencia y concentración, además de que no te permite disfrutar de ese espectáculo de la naturaleza que debería encontrarte en un estado de relax absoluto, para admirar la maravillosa estética de los movimientos de esos animales silvestres tan gigantes como dóciles, que parecen aceptarnos en su entorno.

Así que después de haber cumplido cinco salidas a altamar para cumplir con esta experiencia, me permito compartir este decálogo de consejos que apuntan a procurar un encuentro ballenero feliz y sin contratiempos.

1. Las personas susceptibles al mareo deberían tomar, una hora antes de subir al bote, píldoras para contrarrestarlo. Pero nunca manejar vehículos después de haber ingerido ese medicamento, ya que puede producir somnolencia. Además, evite comer abundantemente antes del paseo náutico.

2. Sentarse en la parte delantera o media de la nave, cerca de una ventana. O ubicar alguna zona del bote que sea segura y con buena vista del exterior. Por cierto, olvidarse de tomar esa foto espectacular de la ballena en pleno salto. Es demasiado difícil de conseguir y evitará que disfrute del viaje. También puede ser recomendable llevar binoculares, pero no se preocupe si no los tiene: sí pueden hacerse buenos avistamientos sin ellos.

3. Leer información previa sobre esos mamíferos marinos, para conocerlos mejor antes de verlos en vivo. El conocimiento sobre el animal mejora la experiencia, lo cual resulta sencillo por internet.

4. Contratar exclusivamente operadoras certificadas por las autoridades para realizar la excursión. Aún existen botes informales que ofrecen este paseo sin las debidas medidas de seguridad, como el uso de chaleco salvavidas. Compruebe que la embarcación cuenta también con baño, botiquín de primeros auxilios, radio y GPS (sistema de posicionamiento global).

5. Contratar el alojamiento anticipadamente puede permitirnos ahorrar tiempo, sobre todo los fines de semana, ya que la gran afluencia de turistas en esta época puede provocar que, por hacerlo a última hora, nos resignemos a contratar un hotel que no llene nuestras expectativas de precio o comodidad.

6. Conocer las características de los sitios de avistamiento. Los guayaquileños solemos ir a Salinas (ciudad costera más desarrollada), Ayangue (poblado de pescadores y buceadores en una apacible ensenada) o Puerto López (el sitio más popular para esta actividad, que ahora tiene un nuevo muelle y malecón. Además, el paseo puede extenderse hasta la Isla de la Plata). El Ministerio de Turismo ha impartido recientemente charlas de capacitación a los guías certificados de ballenas de esos lugares. Por cierto, debemos escuchar atentamente las instrucciones del guía que lidere el viaje, entre las que debe encontrarse la disposición de no arrojar basura al mar.

7. Llevar una chompa o rompevientos, ya que puede hacer frío en altamar. También tener gorra, gafas y ponerse bloqueador solar en el rostro, brazos y piernas.

8. El bote debe evitar acercarse demasiado a las ballenas, e incluso apagar el motor de la embarcación para evitar estresar a los cetáceos. Tampoco debe haber más de tres botes cerca realizando el avistamiento. La aproximación debe hacerse por la parte trasera o lateral del animal, y nunca de frente. Tiempo límite de observación a un grupo: 25 minutos, aunque si el grupo tiene crías puede reducirse a 15 minutos, según la normativa.

9. El acercamiento a grupos con crías debe hacerse con mayor cuidado. Los animales jóvenes son muy curiosos y en ocasiones intentan acercarse a las embarcaciones. La madre puede interpretar esto como una situación de peligro y tratará de mantener a la cría alejada de los presuntos invasores, lo que puede ocasionar situaciones de riesgo que es preferible evitar.

10. Mantenga una buena actitud. El espectáculo de las ballenas es un regalo de la naturaleza que debemos apreciar. A pesar de ello, en ocasiones vemos pasajeros que se quejan de lo largo del viaje, del movimiento del bote, del clima y demás circunstancias que debemos considerar como parte de la experiencia. Incluso, existe la remota posibilidad de que no aparezcan. Así es la naturaleza, impredecible, pero absolutamente hermosa. (I)