Montañita Boom

19 de Febrero de 2012

Montañita encanta por su playa y ambiente relajado. Pero en los feriados y eventos especiales, la fiesta le gana la batalla al relax.
“Llegamos. ¿Y ahora qué?” Las opciones son: la playa, la buena comida o la farra. “Pero primero busquemos un hotel”.
La fiesta puede comenzar o terminar con una fogata entre amigos (nuevos y viejos) en la playa.
La concurrida noche del sábado 4 de febrero en las calles de Montañita. Miles llegaron por el torneo de surf.
¿Dónde están las mejores olas? En Montañita, dicen los hermanos Leonardo y Fiorella Echeverría, que llegaron de Perú.
No es la ‘gringa loca’ del Viejo Napo. Es una turista de farra con amigos.
Nativa Bambú celebró su segundo aniversario con una alocada fiesta.
Las Papas de la casa y las alitas de pollo (atrás) del Hola Ola.
Los cebiches de Montañita tienen fama de levantar pasiones en este poblado costanero.

Moisés Pinchevsky, moises@pinchevsky.net - Fotos: Leonardo Ampuero / www.facebook.com/leonardoampuerophotography

¡Cúbranse todos! El reventón explota cada fin de semana en este poblado costero de Santa Elena. Y los argentinos están en el frente de batalla.

Lo dice el campeón: “Me impresiona el crecimiento que ha tenido Montañita en los últimos tres años. Veo más hoteles, más restaurantes, más tiendas de suvenires… Y mucho, muchísimo más turismo”.

Son las palabras del uruguayo Luis María Iturria, quien el sábado 4 de febrero ganó la categoría open del torneo internacional de surf Reef Classic Pílsener Light de Montañita, evento que se cerró con un concierto nocturno que puso a miles a bailar en la playa con la banda de reggae One Drop de San Diego (California).

Este experto en olas sabe reconocer el tsunami turístico que golpea a este poblado en estos meses, que coinciden con el verano vacacional de la Argentina. El diario La Nación de ese país calificó a esta comuna como “la estrella de la temporada” en un reportaje publicado el 18 de enero, el cual, citando a un experto en turismo joven, indicó: “Esta playa recibe oleadas de jóvenes que, justamente, buscan grandes olas para surfear. Es un destino algo hippie, natural y económico, que entre los argentinos empezó a conocerse hace cinco años y se puso de moda hace dos”.

Esa moda viajera atrapó a Selma González, bonaerense de 22 años que a eso de las 17:00 de ese sábado se bajaba de un bus con su look de mochilera. “Es el segundo año que venimos. Aquí hay fiesta a toda hora. Todo es barato. Y la playa está buenísima”.

Pronto ella y sus tres amigas se perdieron en el mar de almas que navegaba en la calle principal del poblado, pero ellas no se preocupaban de que esa multitud las dejara sin hospedaje: “Venimos a acampar en la playa. Y creo que casi ni dormiremos”.

Días así provocan un completo caos, dice Milton Rosales, vicepresidente de la comuna. “Todo se llena. Por este campeonato (el Reef), ya desde el miércoles todo estaba repleto, colapsado. Y este sábado reventó”, indica sobre esta oleada de turistas que arriba a Montañita “para hacer todo lo que no pueden hacer en su casa”.

Rosales no se queja, ya que el turismo alimenta la economía del poblado. Pero días así revelan sus falencias en energía eléctrica (se corta en cualquier momento), agua potable, de alcantarillado, aguas servidas (un camión recoge a diario los desechos de los pozos sépticos de cada casa) y parqueos (un canchón de tierra al sur del poblado busca resolver este problema).

El comercio informal también está saturado, particularmente por la invasión de extranjeros que llegan para vender sus artesanías y otros productos, “y les quitan las ventas a los nativos y ecuatorianos”, dice Freddy Pinargote, artesano mantense que tiene nueve años en Montañita.

La marihuana y los romances furtivos (que pueden terminar con arrumacos excesivos en la playa) no son considerados problemas por resolver, solo una situación que provoca cierto tipo de turismo internacional, y que ocurre menos de lo que la gente piensa, indica Milton Rosales, vicepresidente de la comuna.

El argentino Gonzalo Rango, diseñador gráfico de 31 años, dice que son más los turistas que llegan a Montañita buscando un relajado coctel de playa y descanso, sumado a una agradable dosis de farra nocturna. “No se puede estar de fiesta a toda hora”, indica este profesional que tiene un mes recorriendo las playas de la zona con su amiga Carolina Flego, psicopedagoga de la misma edad.

Montañita se ha convertido en un gran parque de diversión temático para adultos y dedicado al surf, la playa, la fiesta, el romance y otros entretenimientos. La holandesa Lisanne Spaans, de 22 años, lo dice con sus palabras: “Es un sitio genial para disfrutar, pero no para residir”. Agrega que la fiesta, por muy buena que esté, debe acabarse en algún momento.

Piqueo
Para comer y bailar

Muchos van a Montañita solo para probar alguna de sus delicias. Entre las más populares están los cebiches marineros con camarón, pescado, pulpo y concha en las carretillas de la avenida principal (Vicente Rocafuerte) y la playa.

Siguiendo por la calle Guido Chiriboga Parra llegamos a la calle de los Cocteleros, al norte del poblado y perpendicular a la playa, donde una docena de quioscos satisface a los turistas con las piñas coladas, daiquiris, caipiriñas y demás bebidas por $ 2,50.

En esa calle, junto a la playa, encontramos la pizza artesanal de Ezzio’s, local abierto hace tres semanas con horno de leña y un chef italiano que trabajó en un reconocido restaurante español especializado en ese plato. En esa misma calle se asoma el restaurante ¿Por qué no?, que es muy solicitado por sus pizzas, sushi y espaguetis con mariscos.

Para la farra se destacan el bar restaurante Hola Ola, que también sobresale por platos como sus papas de la casa, salteadas con cebolla y servidas con una salsa con mayonesa, miel y queso. Sus fiestas temáticas son los jueves (ladies night), viernes (muy latina) y sábado (Wild On, la más sexy).

Nativa Bambú, en el malecón, celebró el sábado 4 de febrero su segundo aniversario, con banda en vivo. Tienen fiestas temáticas los martes (sin multitudes), viernes (tribal, latina y otras) y cada sábado (la Big Bang Party).