Moonlight: La más elogiada
Moonlight (Luz de luna) presenta la conexión humana y el autodescubrimiento, a través de la vida de un joven negro de Miami.
Tras recibir elogios en los festivales en los que se ha presentado, el filme –el segundo– dirigido por Barry Jenkins alcanzó el Globo de Oro a la mejor película dramática. Moonlight sigue la vida de un joven afroamericano en su infancia, adolescencia y madurez en una zona conflictiva de los Estados Unidos. Hasta allí no tiene nada de relevante la historia. A esto hay que sumar el hecho de que Chiron es humilde y su pretensión no es otra que hallar su sitio en el planeta mientras crece en un peligroso distrito de la ciudad de Miami. Sí, en un momento cuando se desata la guerra entre los carteles de droga (1980-1990) y descubre la homosexualidad. Él se perderá por las calles de una ciudad que sobrevive de la droga, y encontrará el amor en lugares inesperados y sobre todo una posibilidad de cambio en sí mismo.
Calificada por la crítica internacional como uno de los títulos del año, será también una potente candidata a los Óscar el próximo 26 de febrero.
Para los críticos, Jenkins (Medicine for Melancholy) desarrolla un relato complejo alejado de estereotipos. En eso radica su éxito donde se ha proyectado. A medida que pasan los años, el niño (luego joven y adulto) explora la masculinidad, la sexualidad, los conflictos, la homofobia, el acoso escolar.
Este drama de corte independiente causó mucho ruido en Hollywood y no solo porque Brad Pitt sea su productor ejecutivo, sino porque se promocionó con el lanzamiento de un sobrecogedor primer tráiler, acompañado de un potente cartel.
Moonlight, según The New York Times, se trata de la mejor cinta del 2016 y “es la razón por la que vamos al cine”; según Variety, es “un estudio de personajes bellamente íntimo, que argumenta sin ninguna duda que la identidad afroamericana es demasiado compleja para ser reducida a los endebles estereotipos“.
The Hollywood Reporter señala que “mientras que la naturaleza fundamental de su tema central le da su exquisita universalidad, también trae una infinita sutileza y una clara especificidad a su retrato de la experiencia de un afroamericano gay”.
Rotten Tomatoes, que recopila puntuaciones dadas a una cinta, califica con 99 sobre 100, la mejor nota global que le da luego del estreno de Boyhood (2014).
Moonlight es la adaptación de la obra de teatro de Tarell Alvin McCraney y su título hace referencia a un dicho que afirma que los chicos negros parecen azules bajo la luz de la luna. Aunque no está basada en ninguna historia concreta, las experiencias del dramaturgo y del director de la cinta están presentes en la película. Ya que Jenkins declaró a Los Angeles Times que, al inicio, aún no se la había proyectado a su propia madre: “No se trata de cuándo esté preparado para enseñársela, sino de cuándo ella estará preparada para verla”.
Ambos, dramaturgo y cineasta, crecieron al mismo tiempo en el barrio marginal Liberty Square de Miami, localización en la que han rodado varias escenas del filme. Los dos tenían madres drogadictas, pero con diferente suerte. La de Jenkins logró sobrevivir, mientras que la de McCraney, no. El dramaturgo es homosexual y, en otro paralelismo con el protagonista, también fue rescatado por un traficante. Para Jenkins se trata de una autobiografía en parte.
“Es una estructura no lineal, tenía saltos temporales hacia atrás y hacia adelante, como a mitad de camino entre la pantalla y el escenario. No conocía a Tarell, pero crecimos literalmente a una cuadra de distancia, fuimos a la misma escuela primaria y tanto su madre como la mía tenían una terrible adicción al crack. No hay una sola escena en el filme que no hayamos vivido Tarell o yo, se trata de una película que habla de las cosas de las que siempre quise hablar, y fue liberador porque es muy difícil hacer una autobiografía y poner tus problemas en la pantalla”, dijo McCraney.
Por su parte, el director de fotografía del filme, James Laxton, ajustó el contraste de iluminación para enfatizar el tono de piel de los actores, todos afroamericanos. Las tonalidades y texturas diferentes de los tres momentos en que se divide la película dan cuenta de los estados de ánimo de los personajes.
A pesar del apoyo de críticos y festivales, Jenkins declaró haber recibido insultos en redes sociales, ya que lo acusaron de “realizar una película que amenaza la masculinidad afroamericana”. Y precisamente es ese estereotipo machista el que quiere desterrar a través de tres actos. En la primera parte se verá a Little (Álex R. Hibbert), el niño, quien es acosado por sus compañeros y entabla una amistad con un traficante interpretado por Mahershala Ali, famoso por formar parte del elenco de House of Cards; como adolescente (Ashton Sanders) conoce a Kevin, el protagonista de una amistad que evoluciona en un amor romántico y sexual; en la parte final aparece con otro apodo, Black (Trevante Rhodes). Aunque ahora cuenta con un físico musculado que impone respeto, su interior no ha cambiado mucho y encima se reencuentra con su antiguo amor.
La película supone una ruptura con el arquetipo de personaje afroamericano. “Cuando creces, te dicen que siendo un hombre negro tienes que ser mejor que tus colegas. Tienes que ser fuerte, masculino y la fuerza más dominante en la habitación siempre. Así que automáticamente te bloqueas y no piensas que sea posible mostrar ningún tipo de vulnerabilidad en ti”, afirma a The Guardian, Trevante Rhodes, cuya interpretación ha sido calificada de “asombrosa e impresionante” por la súbita crítica de cine, la cantante Madonna.
Moonlight ha sumado posibilidades para ganar más premios. Vale recordar que el año pasado, luego de la polémica por la predominancia de nominados blancos en los Óscar y la inclusión de un 40% de nuevos académicos (mujeres y hombres de color), los cinéfilos predicen unos galardones más diversos que en anteriores ediciones. (A.C.J.) (I)