Almodóvar y su ‘cine de mujeres’
El cineasta español habla de su más reciente película, Julieta, en una de las pocas entrevistas que gusta dar.
Durante su niñez en España, Adriana Ugarte soñaba con protagonizar una película de Pedro Almodóvar. Ahora, poco más de 25 años después, se está uniendo a las filas exclusivas de las actrices que han ayudado a dar vida a las mujeres que abundan en la imaginación de Almodóvar. En Julieta, liberalmente basada en cuentos de Alice Munro, Ugarte interpreta a la versión más joven del personaje que le da título, cuya vida da un giro dramático después de un encuentro amoroso en un tren. La cinta, la número 20 de Almodóvar, es un regreso al drama y su “cine de mujeres”, como él le ha llamado.
Cuando se trata de Almodóvar y sus personajes femeninos, dijo Ugarte recientemente, “es un misterio, pero él puede sentir cómo nos sentimos y cómo somos”.
En el transcurso de casi 40 años, Almodóvar ha sacado inspiración de una amplia gama de fuentes: Alfred Hitchcock, películas de clasificación B, Pina Bausch, por mencionar algunas. Pero es su fascinación con las mujeres y su capacidad para conjurar personajes femeninos memorables lo que permanece constante.
Cuando el Museo de Arte Moderno rindió tributo a Almodóvar con una retrospectiva de su obra que estuvo hasta el 17 de diciembre, y cuando Julieta llegara a las salas de cine de Estados Unidos el 21 de diciembre, él y muchas de las actrices más prominentes de su carrera han dado un vistazo más de cerca al papel de las mujeres en su vida y sus películas. “Siento que puedo contar una historia más rica y más entretenida con las mujeres”, dijo Almodóvar, con su característica mata de cabello blanco grueso y sus ojos traviesos a plena vista. Habló suave y rápidamente, en una mezcla de español e inglés.
“Escribo personajes masculinos y femeninos”, dijo, “pero encuentro, al menos en la cultura española, que las mujeres son más vivaces, más directas, más expresivas, con mucho menos sentido del temor o del ridículo”.
La Frances Hui, curadora asociada en el departamento cinematográfico del museo, dijo: “Almodóvar es alguien que es muy amado por las actrices. Tiene una capacidad inusual para observar a las mujeres con una verdadera sensación de empatía. Puede destacar sus emociones y sus fortalezas, y a menudo es muy divertido. Muestra a las mujeres en un forma muy diferente a lo que vemos habitualmente en el cine. Las películas que un director hace son un reflejo de él mismo, y así es como él ve a las mujeres”.
A la inversa, Almodóvar a menudo encuentra a los personajes masculinos limitados. “Pienso que, hasta muy recientemente, los hombres en la cultura española estaban bastante restringidos”, dijo, con papeles que se limitaban al amante latino, el héroe machista o el hombre de la casa. “Ha tomado un tiempo llegar a un punto ahora en que podemos encontrar diferentes facetas en los personajes masculinos. Los hombres son algo así como los protagonistas de historias épicas, pero realmente lo que más me interesa son las historias que tratan con lo ordinario, con la cotidianidad”.
Corta mirada a su cine
Julieta, que también presenta a Emma Suárez como la versión mayor del personaje que le da título, se centra en esa relación cotidiana, la de una madre y su hija. Con películas como Tacones lejanos (1991) y Todo sobre mi madre (1999), la maternidad es un tema familiar para Almodóvar. Y quizá es adecuado que en la número 20 regrese a él. “Fue una suerte conocer a su madre cuando estaba viva, y me ayudó a entender mucho de cómo es él y la fascinación que tiene por las mujeres y cuán bien conoce a las mujeres”, dijo Penélope Cruz, quien ha aparecido en cinco de sus películas. “Fue criado por su madre, sus hermanas y vecinas, con muchas mujeres. Es un poco de lo que se ve en Volver” –la película de 2006 de Almodóvar sobre una familia de mujeres y una matriarca que reaparece como fantasma– “y él siempre estaba viendo y observando”.
Las mujeres le han ayudado a crecer cinematográficamente también. Almodóvar dijo que fue Carmen Maura, una de sus primeras musas, quien lo empujó a dar el salto a las películas de 16 milímetros, desde el formato Super-8. Otra actriz, Rossy de Palma, quien conoció a Almodóvar en Madrid a principios de los años 80 y se convirtió en su colaboradora de toda la vida, dijo que ella y otros en el escenario artístico de Madrid influyeron y lo alentaron. “Inicialmente, Pedro se estaba divirtiendo, con pasión, pero no tenía una estrategia”, dijo De Palma. “No era calculado. Se convirtió en una fuente, algo que no se podía detener”.
Dictadura y películas
Vivir en Madrid después de la muerte del dictador español Franco, en 1975, dijo Almodóvar, afectó también su visión de las mujeres. “Las mujeres en los años 80 estaban mucho más dispuestas a correr riesgos que las mujeres ahora, y quizá tenía que ver con el hecho de que las mujeres en ese tiempo se estaban independizando” de todo tipo de control y expresando su sexualidad, dijo. “Las mujeres hoy no están enfrentando el mismo momento histórico y por tanto sus actitudes son muy diferentes, pero quizá eso cambie”.
Maura y De Palma aparecen una y otra vez en las películas de Almodóvar, y verlas envejecer a través de sus cintas añade intensidad y profundidad a su retrato de las mujeres. A diferencia de mucho de lo que se da en Hollywood, las apreciaciones de Almodóvar de la belleza femenina no se restringen a las mujeres más jóvenes. “Es mucho más profundo”, dijo De Palma. “La belleza está en los ojos. Está en los ojos a través de los que se vive, y recorren la vida. La forma en que una se ve se vuelve diferente. En Julieta, se ve a más jóvenes y más viejas y todas las mujeres son celebradas”. (I)