Annette Bening en '20th Century Women'
Annette Bening forma parte del elenco de 20th Century Women, película que retrata a tres mujeres que exploran el amor y la libertad en California durante los 70.
La nueva película 20th Century Women empieza en 1979 en Santa Bárbara, California, donde Dorothea, una madre de espíritu libre interpretada por Annette Bening, acaba de ver a su Ford Galaxy estallar en llamas. Odia ver quemarse a su amado cacharro, pero, nacida en 1924, ha sobrevivido a cosas peores. Así que da las gracias a los bomberos y los invita a pasar, mortificando a su hijo adolescente, quien se queja: “Sabes, cuando los bomberos acuden, la gente habitualmente no los invita a cenar”.
Dorothea, sin preocuparse por lo que otras personas hagan o no, solo dice: “¿Sí? ¿Por qué no?”. Unas escenas después, cuando un funcionario escolar le dice que su hijo no puede solo quedarse en casa, ella pregunta: “¿Por qué no? ¿Por qué no puede faltar a la escuela? ¿Si tiene la necesidad legítima de no ir?”.
Es difícil trazar un hilo conductor entre cada actuación para juntar el legado de una gran actriz. Pero si una cosa conecta a las muchas mujeres en pantalla de Bening, es la traviesa confianza que aporta a esa pregunta irreverente: “¿por qué no?”.
Ella irrumpió en 1990 con su actuación nominada a un Premio de la Academia en The Grifters como una estafadora que calculaba: ¿Por qué no usar lo que mamá le dio? En Bugsy, su dama descarada se preguntaba: ¿Por qué no traicionar a un mafioso? En The American President, su cabildera explosiva inquiría: “¿Por qué no enamorarse y pelear con el hombre más poderoso del mundo? En American Beauty, Being Julia y Mrs. Harris, las mujeres de Bening concluyeron: “¿Por qué no pelear para ser libre, aun cuando eso signifique finalmente admitir un romance, destruir a una joven rival en el escenario o matar a tu amado?”.
“Siempre estoy tratando de salir de los clichés de los retratos de mujeres. Idealizarlas sería muy aburrido”, destacó.
Bening ha perseguido incansablemente papeles idiosincráticos y roles convencionales de otro modo complicados y ricos en matices. Desde The Grifters hasta 20th Century Women, las mujeres de Bening típicamente no pueden limitarse a los papeles que la sociedad espera, al igual que Bening (58 años) ha sobrepasado los roles convencionales de la actriz cinematográfica: ya sea la ingenua sexy, el personaje romántico, la estrella de prestigio con clase o, en los últimos años, la madre de película. Lo mismo puede decirse de su papel como esposa de una celebridad.
Dorothea de ficción
Leer los 25 años de entrevistas de Bening es escucharla desviar consistentemente las preguntas sobre su vida con su esposo, Warren Beatty (quien recientemente la dirigió en Rules Don’t Apply) e insistir en que, en su vida y el arte, está más interesada en las mujeres complejas, desgarradas por las contradicciones; o, como describió a esas mujeres, en los “seres humanos”.
En la cinta, Dorothea es una viuda que renta habitaciones.. Luchando para comprender a su hijo y preocupada de que necesite más orientación, pide audazmente a dos jóvenes, el amor platónico adolescente de su hijo (Elle Fanning) y su pensionista amante punk y de cabello rosa (Greta Gerwig), que le enseñen cómo ser un buen hombre.
“Quizá porque me encanta escribir a partir de la vida real más que cualquier cosa es porque el texto fuente es tan salvaje, silvestre y desordenado”, dijo Mike Mills, el director. En Bening, vio un espíritu similar que tenía “una desobediencia deliciosa y maravillosa”, dijo. “Hay algo un poco pícaro en ella”.
De vuelta a los premios
En pantalla, Bening es casi imprudente e inconteniblemente abierta. En persona, es más cautelosa. “No me gusta en particular dar entrevistas, pero leo las entrevistas de todos, porque me encanta el oficio”, dijo.
Para una actriz que ha apreciado las contradicciones de sus personajes, Bening ha visto su imagen pública reducirse al papel de la domadora de leones que domesticó a Beatty.
Luego de cuarto de siglo está de vuelta en el circuito de los premios. Si es nominada para un Óscar, será su quinta vez; aún no ha ganado. Se contenta con ser incomprendida. “Ser bien conocida te da una proyección”, dijo.
Conforme ha visto crecer a sus hijos –tienen 16, 19, 22 y 24 años–, le ha asombrado lo mucho que ha cambiado la cultura y cómo se ha reducido. “Me gusta ser mayor; no siento las mismas presiones”, dijo, pero con sus dos hijas está consciente de la presión de cumplir con todos los antiguos papeles que se espera de las mujeres y los nuevos también. “Hay que ser guapa; eso es lo primero”, dijo, “un cierto rostro, ciertos senos, cierto cuerpo. Tienes que ser deseable desde el punto de vista masculino. Además, por supuesto, tienes que ir a la universidad, debes tener un empleo realmente bueno que parezca correcto. Y aparte de todo eso, tienes que casarte, tener hijos, manejarlo todo. También tienes que ser realmente feliz y sentirte satisfecha porque si solo tuvieras hijos, eso no sería suficiente, si solo trabajas”.
Bening suspiró. “¿Cómo refleja eso dónde estamos con el feminismo, el movimiento de las mujeres y su libertad?”, preguntó. “¿Cómo coexiste eso con estos avances en la capacidad de la mujer de tomar sus propias decisiones? El objetivo es ser libre, poder hacer lo que una quiera hacer, ¡y no estar atadas por barreras culturales injustas!”.
En los últimos años, el hijo transexual de Bening, Stephen Ira, ha hablado sobre los derechos de los transexuales. “Él es más elocuente que yo. Todos nuestros hijos me están enseñando mucho ahora”, dijo Bening.
Destacó que había sentido una “nueva urgencia” en el mundo de las artes y se sentía gratificada por toparse con los cineastas detrás de Manchester by the Sea y Moonlight, en el circuito de los premios. “Me siento bien de que muchas de las películas de este año apunten a estos mismos temas: homofobia, pobreza, xenofobia, sexismo”, concluyó. (I)