Blancanieves a la española
Arrasó en los premios Goya 2013. El filme Blancanieves, de Pablo Berger, es una adaptación muy libre del popular cuento de los hermanos Grimm.
Tal parece que El artista dejó una lección para los cineastas que pensaron que el cine mudo y en blanco y negro se había acabado y no tendría seguidores debido a la parafernalia tecnológica. Esta vez es el español Pablo Berger quien ambientó su película Blancanieves en los años 20 en el sur de España e hizo una versión más gótica, muda, en blanco y negro, y muy española.
La joven del tradicional cuento es Carmen (Macarena García), una bella muchacha con una infancia atormentada por su terrible madrastra, Encarna (Maribel Verdú). Huyendo de su pasado, Carmen, emprenderá un apasionante viaje junto con sus amigos enanos. “Mi madrastra es una top model. No se venga de Blancanieves por bella, sino por famosa”, dijo Verdú.
El padre de la protagonista (Daniel Giménez Cacho) se convierte en un famoso torero y su madrastra (Verdú) es, en esta ocasión, una enfermera con ganas de hacerse famosa. Blancanieves, por su parte, es una mujer torera que lidera un grupo de enanitos dedicados al mismo oficio.
El filme logró muy buenos comentarios en los festivales de cine de San Sebastián (España) y de Toronto (Canadá) y su director marcó diferencias entre Blancanieves y El artista, la película muda que triunfó en la pasada edición de los Óscar. Según el cineasta vasco, El artista es un homenaje al cine mudo estadounidense, mientras que, en su opinión, su película es “un homenaje al cine mudo europeo”.
También aseguró que no tenía conocimiento de la existencia de la cinta de Hazanavicius (director de El artista) en el momento de comenzar el proyecto. “A finales de los años veinte se había desarrollado en su totalidad el lenguaje cinematográfico y realizado grandes obras maestras. Blancanieves no es una copia de estas, sino una reinterpretación de las mismas para el espectador de hoy”.
Berger aclara cómo surgió la idea de Blancanieves. “Hay un evento en mi vida en 1985 o 1986 en el Festival de San Sebastián. Y un día, en el Teatro María Eugenia daban Avaricia de Eric von Stroheim con una orquesta en directo. Al ver esa película, sentí cosas que no había sentido viendo una película convencional entre comillas” declaró.
“Y ese día dije, algún día, haré una película muda. Y después de Torremolinos 73, me acordé. Y tenía un tratamiento de tres páginas también inspirado por una foto de Cristina García Rodero de su libro España oculta de ocho enanos toreros”, continuó el realizador.
“Mezclando esa experiencia de San Sebastián, la foto de Cristina García Rodero y el hecho de que me gusta llevar la contraria, que siempre me gusta hacer lo que no debo, me dije: voy a hacer una película en blanco y negro. En ese momento todo el mundo me decía, Pablo, no se va a hacer nunca”.
Peinetas, capotes y mantillas se dan cita en una cinta que su director ha calificado como una tragicomedia y que ha recibido buenas críticas. “El artista ganó el Óscar a la mejor película, pero Blancanieves de Pablo Berger es la más pura y la más valiente reimaginación del cine mudo”, escribió Farran Smith Nehme para el New York Times otorgándole además la máxima puntuación, de 100 puntos.
La música de Alfonso de Vilallonga está presente desde los créditos iniciales hasta el final de la película, intensificando las emociones y los sentimientos más profundos de sus protagonistas. “La película habla al niño que todos llevamos dentro. Sentaré al espectador sobre mis rodillas y le contaré un cuento lleno de fantasía, drama, horror y humor negro. Quiero ser un hipnotizador. Cuando cuente tres, dos, uno... vais a entrar en el mundo de Blancanieves y que no salgáis hasta que diga ya”, dijo el cineasta durante el festival de cine de San Sebastián.
La cinta se gestó en el 2005 y tuvo un camino escabroso para salir por fin a la luz. Tras el éxito de la película francesa El artista, la sensibilidad del cine mudo y en blanco y negro parece volver con fuerza. (A.C.J.)