La esperada en Cannes
El cineasta italiano Paolo Sorrentino regresa con Youth (La giovinezza), filme en el que dos ancianos recuerdan sus años mozos al pie de los Alpes.
Para Paolo Sorrentino (Nápoles, 1970) fue la séptima ocasión en la que compitió por la Palma de Oro en la última edición del Festival de Cannes. Lo hizo con La juventud (Youth en inglés, La giovinezza en italiano, La juventud), cuya trama se resume en la recreación de la juventud evocada a final del trayecto.
Los protagonistas: un compositor retirado (Michael Caine) y un director de cine que se aferra a su trabajo (Harvey Keitel) matan el tiempo en un balneario de lujo en los Alpes suizos, que también visitan la hija del primero (Rachel Weisz), un joven actor de Hollywood (Paul Dano) y una diva de antaño encarnada por Jane Fonda.
Durante la presentación en Cannes, La giovinezza recibió varias críticas por los empeños de compararla con su anterior trabajo, La gran belleza (2013), por la cual Sorrentino obtuvo el Óscar en la categoría mejor película extranjera. Más allá de aplausos y abucheos, el filme no ganó ningún premio. Para algunos especialistas, la cinta es un interesante retrato sobre la juventud perdida y la vejez; para otros, “es pretencioso y un compuesto de los deshechos de su anterior trabajo”. “El cine de Sorrentino molesta porque es perfectamente consciente del lugar que ocupa. Es machista, carnal, excesivo y tan irreflexivamente pueril”, señala elmundo.es.
La pareja de amigos de 80 años que pasan sus vacaciones en los Alpes rememora su vida y el tiempo que le queda. Fred, el director de orquesta y compositor retirado, no quiere volver a pisar los escenarios tras la ausencia de su mujer, quien está confinada a un sanatorio debido al alzhéimer; Mick, un cineasta en crisis de creatividad que trata de terminar el guion de su última película; y Brenda, quien lo abandona por las teleseries, porque pagan mejor que el cine. Sus relaciones con sus respectivos hijos, los huéspedes del hotel y ellos mismos será lo que les haga darse cuenta de la juventud que se fue.
“Nada impide ser joven aunque se tengan 80 años”, dijo Sorrentino sobre su película que se desarrolla en un idílico y apacible paisaje, donde el tiempo parece haberse congelado. Retratando a varios personajes en el viejo sanatorio para tuberculosos de Davos (Suiza), en el que el escritor alemán Thomas Mann escribió su obra maestra, La montaña mágica, Sorrentino hace un guiño a viejas glorias como Maradona, al que convierte en un esperpéntico personaje con el rostro de Marx tatuado en la espalda y dependiente de una bombona de oxígeno para respirar. El mítico número 10, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, sigue practicando sus malabarismos con la pierna izquierda, pero con una pelota de tenis.
También aparece un altivo Hitler, aislado, vestido de militar que se tambalea. O la elegante pareja que noche tras noche en la cena no intercambia ni una palabra, ni una mirada, desgastada por la usura del tiempo y el tedio.
Para Sorrentino, el filme es “muy optimista y una excelente ocasión para exorcizar el miedo al paso del tiempo, a envejecer, en definitiva: a morir física y mentalmente”. Además destacó que “el futuro es una gran ocasión de libertad y la libertad es una gran ocasión de la juventud”.
Jane Fonda, quien a sus 77 años cautivó con su glamur y belleza en la carpeta roja del festival francés, dijo que “la edad es una cuestión de actitud. Cuando tienes una pasión en la vida te mantienes joven. La edad es una cuestión de actitud y de pasión”.
A Rachel Weisz le preguntaron sobre la labor de Sorrentino. “Para mí, una película es la dirección. Cómo un director crea un tono concreto sigue siendo un misterio
para mí”.
Michael Caine
Casi medio siglo después de que participara en Alfie, Michael Caine volvió al Festival de Cannes y con muchas ganas de obtener un premio. “Le dieron un galardón a la película y no a mí, así que no volví”, contó entre risas.
Sir Caine, 80 años, dijo: “La única alternativa de interpretar a ancianos es encarnar a muertos y prefiero elegir a los ancianos. Hace años supe que había entrado en una nueva fase de mi carrera cuando tras leer un guion le dije al productor que mi parte era muy pequeña. Y él me respondió que no leyera la del amante, sino la del padre. Bueno, ha ido bien, porque después hasta he ganado el Óscar”.
Sobre el envejecimiento, comentó: “Este es el único cuerpo que tengo, no quería hacer la parte de Miss Universo (foto póster). Es curioso: para las nuevas generaciones soy el mayordomo de Batman. Me detienen niños de 12 años por la calle solo por eso y ni siquiera saben quién soy. Me encanta Youth. La hubiera hecho gratis, pero no se lo dije a los productores”.
La juventud, de Sorrentino, habla de la irremediable devastación que impone ser viejos, cuando se vive solo de los recuerdos, aparecen las dudas sobre cómo se vivió la existencia, la desagradable convivencia con el deterioro del cuerpo y del cerebro, el retorno de los fantasmas del pasado... (A.C.J.) (E)