Nadie es profeta en su tierra
Una ‘comedia incómoda’ es la que presentan dos cineastas argentinos en El ciudadano ilustre.
Ltos directores argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat regresan con El ciudadano ilustre (2016) para reflexionar sobre la colisión entre dos mundos, algo que hicieron ya en su ópera prima El artista (2008) y también en El hombre de al lado (2009), todas con Andrés Duprat en el guion.
La historia retrata a Daniel Mantovani (Óscar Martínez), un escritor que dejó su pueblito bonaerense, se radicó en Europa y ganó el Nobel de Literatura. Entre tantas invitaciones para dar conferencias –las cuales rechaza de vez en cuando– le da el OK a su pueblito que lo quiere declarar un destacado ciudadano. Se alejó durante décadas, pero las vivencias que tuvo allí, en ese pueblito, nutrieron y están más que latentes en las páginas de sus libros. Así que cuando llegue será recibido con bombos y platillos, pero no faltarán los resentimientos y ánimos de venganza.
El filme se estrenó hace poco en la 73ª edición de la Mostra de Venecia (obtuvo el premio en la categoría mejor actor, sumándose a otros galardones), donde los asistentes disfrutaron de esta sátira con mucho humor negro dividida en un prólogo y cinco capítulos (La invitación, Salas, Irene, El volcán y La cacería). “Película sobre las fobias y las neurosis, sobre los aspectos parasitarios del arte, sobre la crisis existencial, sobre el conformismo y el absurdo pueblerino, sobre la responsabilidad y la libertad del artista, sobre los peligros de revisitar el pasado, sobre el éxito y los ideales, sobre la mediocridad social y la (falsa) sofisticación del arte”, destaca otroscines.com.
“Siempre nos interesó saber qué pasa cuando una figura consagrada vuelve a su pueblo natal después de mucho tiempo. En este caso, la figura es un escritor argentino y consagrado que es premio Nobel y tiene toda su obra basada en su pueblo, pero lo hace desde la distancia, desde Europa”, dijo Mariano Cohn a Teleshow durante una entrevista.
En el tráiler puede verse al escritor Mantovani recibido como un héroe por los habitantes del pueblo, pero esa situación cambia y aparecen los conflictos en la historia. “Surgen una serie de sucesos contradictorios, ambiguos y tiernos. La película trata esa comedia incómoda, persigue ese juego de identificación, de posicionamiento. Te obliga a ver a la Argentina frente a un espejo”, explicó Mariano.
Los productores destacan que durante la filmación de El ciudadano ilustre decidieron que iban a lanzar un libro para completar la historia que estaban contando: “El libro es parte de la bibliografía de este autor de fantasía que mostramos en el filme, sería una de sus tantas obras. El libro estuvo a cargo de un ghost writer (escritor fantasma). Pero no podemos decir el nombre justamente porque es un juego dialéctico que propone la película”.
Los cineastas explicaron la definición persistente de ‘comedia incómoda’, como califican a su nueva película. “Puede haber molestia para un argentino, tanto como para un europeo que mira, como para la gente del premio Nobel. Podemos incomodar desde varias aristas”, dice Cohn.
“Para mí, la incomodidad es un valor de la película. Lo dice el propio escritor Mantovani: que la gente aplauda de pie tal vez es porque te ratifica creencias anteriores. Pero si te golpea y te saca de eje, no lo ovacionas. Y eso no quiere decir que no sea bueno”, destaca Duprat.
El remate lo hace Cohn: “No prediseñamos el impacto de la película. Pero se ve que el chauvinismo nacionalista está en todos lados. La película obliga a tomar postura al espectador. Cerrar las ideas es un juego constante de trabajo por parte del público”. (A.C.J.) (I)
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