The Hunt: Cuando un rumor arruina la vida

02 de Febrero de 2014
  • Mads Mikkelsen, actor protagonista de La caza.
  • Escena de La caza. El actor danés Mads Mikkelsen (i) en su interpretación de Lucas.
  • Thomas Vinterberg

El actor danés Mads Mikkelsen encarna a un hombre acusado de un terrible delito. Culpable o inocente, él deberá demostrarlo. El filme nominado a un Óscar lo dirige Thomas Vinterberg.

La mayoría recordará a Mads Mikkelsen por su excelente papel en Casino Royale (2006) o por su papel de la serie televisiva por cable Hannibal. Ahora es el protagonista de La caza (2012), filme del también danés Thomas Vinterberg, bajo la piel de Lucas, un hombre de unos 40 años, recién separado, y que trabaja como profesor en una guardería. Es, además, un buen amigo de sus amigos y contemplándolo nadie diría que es un mal tipo. Pero un buen día, una de sus alumnas, la hija de su mejor amigo, dirá algo sobre él, y lo que parece un comentario fruto de su imaginación se convertirá en la acusación de un delito tan grave como es el abuso sexual a menores, y se desatará la histeria en una ciudad tan pequeña en donde todos se conocen.

La película muestra lo que la gente siempre hace: juzgar. Pero este filme va más allá cuando se crean verdades absolutas a partir de pequeños fragmentos de realidad. La caza (The Hunt) es un muy buen ejemplo de las consecuencias que puede tener el llevar estas acciones al extremo.

En la cinta, nominada al Óscar en la categoría mejor película extranjera, Thomas Vinterberg muestra también a Klara, quien es hija del mejor amigo de Lucas y asiste a la guardería dónde él trabaja. La relación entre ambos es especial. Es Lucas quien recoge a Klara para llevarla a la guardería y así evitar que la pequeña escuche a sus padres discutir, y es él quien la ayuda con su extraño temor a pisar las líneas de la vereda mientras camina. Lucas aparece, ante los ojos de Klara, como un príncipe de cuento de hadas que sale a su encuentro cuando necesita que la rescaten. No es difícil imaginar el porqué la mente fantasiosa de la niña siente una admiración extraña.

Mikkelsen ganó el premio a mejor actor en Cannes en el 2012 por su trabajo de Lucas. Para los especialistas, el actor de 48 años atrapa al espectador y es imposible no empatizar con la incredulidad, la angustia, la impotencia, la tristeza, la soledad, la frustración y la ira que su personaje experimenta. La actuación de Annika Wedderkopp en el papel de Klara es también destacable. Es ella quien con tranquila inocencia y sin tener noción de lo que dice dará inicio a una cacería (de allí el nombre de la película).

Thomas Vinterberg repite una historia similar y que desbordó ya en 1998 con La celebración, cuando en una familia se revelan los abusos sexuales que un padre venía cometiendo a sus hijos.

Para los críticos, “Mikkelsen tiene un gusto cinematográfico exquisito. Y La caza es la prueba por la que debería comenzar a jugar ya en la liga de los superactores, porque es realmente prodigioso lo que hace”. Probablemente por su físico se vea encasillado en los papeles de villano en las producciones internacionales. “De joven fui gimnasta, después me convertí en bailarín durante nueve años (...) y luego me hice actor. Nunca lo planeé, pero ahora me encanta”, dice Mads.

La película trata temáticas mucho más cruentas y logra retratar esa irracionalidad de la que hace gala el ser humano, al reaccionar visceralmente ante un asunto de matices tan graves. “Lucas es alguien que tiene dificultades para decir ‘no’. Si te acusan de algo tan terrible, da igual lo que digas porque todo suena a excusa. Por esa razón mi personaje intenta no ser agresivo ante la situación pensando que todo se arreglará; la gente lo quiere. Pero cuanto más espera, menos le creen”, destaca el actor.

El filme encara temas de los que la gente prefiere no hablar, y sin embargo, La caza se atreve a hacerlo, explorando cómo las personas reaccionan cuando la seguridad de los hijos está en peligro. “Si mi personaje hubiese robado un banco, lo habrían perdonado de inmediato. Pero no es así cuando se trata de niños pequeños. La gente se vuelve irracional y reacciona con el corazón. En el filme no hay culpables e inocentes. La gente del pueblo está conmocionada y no sabe qué debe hacerse. Sin dudas, el filme es una metáfora sobre la fragilidad de una pequeña comunidad y cómo un gran amor puede convertirse en un gran miedo y, eventualmente, en odio, todo en unos pocos días”, explica.

 

El director

Thomas Vinterberg es cofundador del movimiento Dogma 95 con Lars von Trier, Kristian Levring y Soeren Kragh-Jacobsen, que tenía como objetivo hacer un cine más franco y directo sin embellecimientos técnicos. En 1990 inició su carrera de director y en 1993 su cortometraje Last Round fue multipremiado internacionalmente. Tiene en su activo once películas en las que la temática siempre es fuerte y controversial.

Respecto de La caza, dice que se basó en un caso real. “Una tarde de invierno de 1999, alguien tocó a mi puerta. Era un conocido psicólogo infantil y estaba parado en medio de la nieve con algunos documentos mientras peroraba sobre los niños y su imaginación. Hablaba de falsos recuerdos inducidos y de algo todavía más molesto: que el pensamiento es un virus. No lo dejé entrar, no leí sus papeles y me fui a dormir. Diez años después necesitaba un psicólogo y le hablé. Por no ser grosero leí los papeles que me había dejado y entré en shock, literalmente: me encontré con una versión moderna de una caza de brujas”.

Para Vinterberg, el personaje es el retrato del hombre escandinavo moderno. “Es afectuoso, amable, servicial y humilde. Hace todo lo que le piden, su exmujer puede con él. En cierto modo, está castrado. Con Mads decidimos desarrollar el personaje de Lucas a partir de ahí hasta convertirlo en hombre. ¿Cómo consigue mantener su dignidad sin volverse violento? ¿Cómo se enfrenta a una realidad fría y brutal sin salirse de su papel de hombre escandinavo?”, dice el cineasta. (A.C.J.)

Fuentes: www.lanacion.com, www.elmundo.es, y Agencias

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