Wakolda: Un ‘ángel’ anda suelto
La directora argentina Lucía Puenzo ya está en la lista de los prenominados al Óscar con su película Wakolda, sobre el temido doctor alemán Josef Mengele.
Tal como lo hiciera el director Franklin J. Schaffner en Los niños del Brasil (1978), con Gregory Peck, o Andrea Bianchi en Commando Mengele (1987), con Howard Vernon, la figura del doctor alemán Josef Mengele es protagonista en un filme, esta vez en el mismo lugar donde permaneció luego de su huida desde Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.
La cineasta Lucía Puenzo (1973), catalogada en su país como la más destacada directora del nuevo cine argentino, retrata en Wakolda, las vivencias de una pareja de esposos y sus tres hijos, cuando un forastero –bajo el nombre de Helmut Gregor– llega a la Patagonia argentina, más precisamente a la pintoresca ciudad de Bariloche, para radicarse y llevar una vida normal.
En el filme, Puenzo pone de manifiesto los afanes de la madre abnegada (Natalia Oreiro) que busca reabrir una hostería, el viajero hermético que guarda una perversión (Álex Brendemühl), un esposo fabricante de muñecas (Diego Peretti), una agente secreta (Elena Roger), y una adolescente que aparenta nueve años aunque ya pasó los doce (Florencia Bado).
La cinta de ficción ya fue presentada en los festivales de Cannes, San Sebastián, entre otros, con bastante aceptación. Y más los votos de los integrantes de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, le sirvieron para que Wakolda sea precandidata a mejor película extranjera para los Premios Óscar del 2014.
La directora
El filme de Puenzo –tercero luego de XXY y El niño pez– transcurre en 1959 y trata sobre un médico alemán obsesionado con la pureza y la perfección racial, quien se fija en Lilith, la hija de 12 años que por un problema hormonal tiene una estatura demasiado pequeña para su edad.
El médico aplica a la niña un tratamiento. Pero eso no basta para que el padre confíe en el alemán. De allí que terminan dándose cuenta, aunque demasiado tarde, de que Josef Mengele –bajo una falsa identidad– es en realidad uno de los mayores criminales de la historia. “La esencia de su ideología consistía en aspirar a la perfección biológica y a destruir todo aquello que podía alejarlo de ella. Esa visión biomédica se situaba en el corazón del movimiento nazi, independientemente del contexto de la guerra”, dijo Puenzo.
La travesía de Mengele por Bariloche es una de las etapas más misteriosas de su vida. Puenzo explicó que “la redacción del guion de la película, adaptado de mi novela, llevó casi un año. Desde mi adolescencia he leído mucho sobre el nazismo porque ahí hay miles de películas posibles sobre centenares de jerarcas del Tercer Reich. La historia de Mengele es especial porque, aunque estuvo en la cima del fanatismo y de la perversión nazi, en realidad era solo un médico. Yo entré por ahí, porque me interesaba la fascinación por la genética de aquellos médicos, una idea que estaba en el corazón del nazismo. Me parecía contradictorio que un tipo como Mengele, alérgico a la sangre no pura, acabara en un continente tan mestizo como Sudamérica y viviera allí sus últimos 30 años, pasó entre Argentina, Paraguay y Brasil. Se sumergió en el caldo que detestaba. Es increíble la impunidad con la que se movió, porque hasta su nombre aparecía en la guía telefónica”, declara la directora.
Wakolda, en la historia del libro de Puenzo, es el nombre de una muñeca. “En la novela hay más presencia de Mengele como un tipo que ve el mundo como un gran laboratorio en el que puede experimentar. En el filme entendí que la fuerza de la mirada de la niña haría que lo que le rodea parezca aún más virulento”, destaca Lucía, hija del cineasta argentino Luis Puenzo, ganador de un Óscar por La historia oficial en 1986, en la categoría mejor película extrajera.
Argentina ha sido nominada seis veces al Óscar a mejor película extranjera y ha ganado dos, el último se lo llevó Juan José Campanella por El secreto de sus ojos (2009).
Los actores
Álex Brendemühl (1972) interpreta a Mengele. Es un actor español de padre alemán. “Me preocupó el día que Lucía me envió el correo con la foto del médico y la mía a su lado para convencerme de que tenía que interpretarlo”, dice el barcelonés.
Brendemühl comenta que el Ángel de la Muerte se mantuvo firme en sus ideales hasta el fin. “Es una película que tiene todo aquello del cine norteamericano que le gusta a la gente: intriga internacional, suspenso, persecuciones, una trama inteligente, pero además tiene un toque personal, de autor, que la distingue. Hasta el final de sus días Mengele creyó en las ideas nazis. Su solo nombre provoca terror. Pero debes, como todos los personajes, defenderlo, arremangarte y meterte en él”. Y, para los especialistas, en ese terreno Brendemühl y Puenzo crean un canto helado al terror.
“En Wakolda aparece esta fascinación de Lucía Puenzo por la belleza y la aberración, el monstruo y la desviación, la mirada sobre los cuerpos. Y encuentro que es muy actual el tema de la observación de la belleza del cuerpo humano y el tema, incluso, de la voluntad de querer cambiar el propio cuerpo, que tanto se ve en la sociedad de hoy”, asegura el actor.
Natalia Oreiro (1977). La actriz uruguaya interpreta a Eva, la madre de familia. Ella estrena su décima película con Wakolda. “Mi personaje tiene un conflicto con su única hija mujer, y es cuando, justamente, aparece el personaje de Mengele que se suma a este viaje y que empieza a interesarse en la niña al punto de entablar una relación perturbadora, que no está muy bien vista ni por la madre ni por el padre”, comenta.
Diego Peretti (1963). Es un actor y psiquiatra argentino. Entre otros trabajos, es reconocido por haber coprotagonizado la serie realizada en su país, ‘Los Simuladores’, y varias películas. “La trama del filme es la obsesión de algunas personas por mantener la pureza en una raza determinada. Esto, como se ha visto, ha dado como resultado la xenofobia”, dice el actor. (A.C.J.)
EL PERSONAJE
Josef Rudolf Mengele (1911– 1979) fue un médico, antropólogo y criminal de guerra nazi, especialmente reconocido por sus experimentos con detenidos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, Polonia. Sus conocimientos en anatomía, cirugía, genética, enfermedades, tratamientos, entre otros aspectos, en su facultad de profesional de medicina, los aplicó analizando, estudiando, torturando y ejecutando a miles de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Es por ello por lo que, tras conocerse estos crímenes, se le apodó el Ángel de la muerte.
Después del enfrentamiento bélico logró escapar hacia América del Sur y vivió con distintas identidades en Argentina y Brasil. Murió ahogado en 1979, pero nunca se lo juzgó.
Fuentes: www.gacemail.com.ar y www.wakolda.com