Mala conducta: En redes sociales

Por Connie Hunter
03 de Junio de 2012

“La gente de recursos humanos no suele visitar las redes sociales para investigar a nadie antes de una contratación”.

Responda lo que le dé la gana. Métase en conversaciones ajenas en Facebook o Twitter. Diga lo que solo se atrevería a decir si estuviera bajo los efectos del alcohol. Haga chistes de mal gusto. Cree apodos y suba fotos indiscretas de sus amigos y conocidos. Mantenga varias cuentas en las redes sociales, con distintos nombres de perfil y fotos. Engañe, mienta, plagie.

Muestre fotos de sus últimas farras, abrazado con sus íntimos amigos que conoció esa noche. No importa si no los conoce bien. Usted sabe que nunca los volverá a ver. Insulte a su enemigo. Ignore y bloquee a quienes opinan diferente. Si su jefa lo echó del trabajo, despotrique en su contra. Nadie se dará cuenta de quién usted está hablando, qué va. Siga alargando la lista de travesurillas virtuales. Piense que eso no trascenderá en el mundo real. Que eso no influirá en la imagen que proyecta ante los demás. Que eso no afectaría en el caso de una oferta laboral.

La gente de recursos humanos no suele visitar las redes sociales para investigar a nadie antes de una contratación.

La madre de la chica que usted está tratando de conquistar ni siquiera sabe cómo prender una computadora. Posiblemente ni tenga un smartphone, esos celulares tan difíciles de conseguir hoy en día. Cuente cachos, de los bien colorados. La gente se ruboriza, pero bien que les gusta.

Si se va de viaje, diga por dónde va. Active el localizador de su celular para que Twitter les vaya contando a todos dónde usted se encuentra. No se preocupe, nadie le haría daño. Los delincuentes no han de tener esa tecnología. ¿Para qué puede servir esa información? ¿Para decir que su casa está sola? ¿Para contarle a su novia que usted se fue sin decirle nada? ¡No importa!

Si visita un lugar espectacular, no olvide poner la foto en Facebook. Nadie lo envidiará. Quizás alguien diga: ¿De dónde saca tanta plata para irse de viaje este man? Pero eso no pasará.

Si conoce algún famoso, hágase fotos con él o ella. Eso sí despierta envidia, pero qué bien se siente. Especialmente si es del sexo opuesto y luce sexy. Si le da sueño en el trabajo, cuéntelo por Twitter. Si le subieron el sueldo a su amigo y a usted no y le da rabia, exprésese. Es terapéutico. Total, nadie se inmutará. Que el ejemplo de Jim Carrey en la película Mentiroso, mentiroso sea su guía de comportamiento personal.

Si después de todo se trata del mundo virtual. No es su vida real. No hay códigos de ética ni moral. No hay leyes que lo metan preso por decir lo que dice. Aún. No hay cielo ni infierno. No hay mamá ni papá. No hay conciencia. Eso. No hay conciencia. Y sin ella, todo se puede hacer sin remordimiento.

Haga del mundo virtual uno mucho peor al real. Que su imaginario construya esa tierra de nadie. Sea usted el sheriff transgresor de su propio territorio. Eso sí, cuando su novia lo deje, cuando no encuentre otro trabajo y cuando sus amigos se alejen, no se queje.

chunter@eluniverso.org

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