Tiempo de Narcisos: Las ‘selfies’
“Las redes sociales se han convertido en el espejo de Narciso, aquel personaje mitológico que se enamoró de su imagen reflejada en una fuente, llegando incluso a ahogarse en el agua y su reflejo”.
Una selfie no es más que el reflejo de Narciso en el agua. Fue lo que se me vino a la mente al ver hermosos autorretratos en Facebook. Pensaba que era algo que hacían más los nativos digitales (personas nacidas a partir de 1980), pero en los últimos tiempos se han visto también autorretratos de adultos, incluyendo a personalidades del mundo de la política, la religión y el espectáculo. Solo Instagram registra, a la fecha, aproximadamente 170 mil millones de selfies.
En marzo de este año, CNN publicó los resultados del proyecto Selfiecity, un estudio realizado en cinco ciudades (Bangkok, Berlín, Moscú, Nueva York y Sao Paulo) durante seis meses, respaldado por la Universidad de Nueva York, el Instituto de Telecomunicación e Información de California y la Fundación Andrew W. Mellon. Los resultados indicaron que aunque las mujeres, en promedio, toman más selfies que los hombres, estos son más propensos que ellas después de llegar a los 40 años de tomarse y publicar selfies en Instagram.
“Uapa. Qué regia estás, ami. Hermosa. Por ti no pasan los años. Fui fuio”. Adulaciones van, adulaciones vienen. Las redes sociales se han convertido en el espejo de Narciso, aquel personaje mitológico que se enamoró de su imagen reflejada en una fuente, llegando incluso a ahogarse en el agua y su reflejo. El narcisista digital también se ahoga, perdiendo el tiempo mientras espera la acumulación de “me gusta” y comentarios de aceptación.
El Centro Can Roselló, clínica especializada en adicciones y patología dual de la ciudad de Barcelona, publicó en su sitio web centroadiccionesbarcelona.com un artículo referente al síndrome selfie. Ya no es la obsesión por estar conectado a las redes lo único que preocupa a los psicólogos, sino la manía de los usuarios por compartir selfies. A decir de ellos, los motivos para publicarlos varían. Pueden hacerlo por diversión, para presumir logros, como mensaje para alguien o para compartir momentos.
Según los especialistas, hacerlo ocasionalmente no es el problema. Pero si te haces autorretratos manejando, comiendo cangrejo, mostrando tu nuevo look, a tu mejor amiga que acaba de llegar a visitarte, cantando karaoke, mostrando las gafas que te acabas de comprar, haciendo crossfit, desayunando, probándote un traje, leyendo un libro, asoleándote en la playa, viendo una película, visitando el museo, subiéndote al bus, haciendo muecas... definitivamente las alarmas de la adicción empezarán a sonar. Pero puede que no te des cuenta, pues estás tan cómodo siendo popular que el mundo parece ser tuyo y todo está de maravilla.
El trastorno narcisista de personalidad es considerado una patología y tratarla, si es que la persona se percata de que la tiene, puede resultar una difícil tarea para los psicólogos.
El narcisista no tolera la crítica, no escucha, se preocupa más por sí mismo que por los demás, es explosivo y suele echarles la culpa a otros cuando algo va mal. Sin afán de generalizar, esta tendencia puede reflejar problemas de autoestima y una constante necesidad de autoafirmación. Está en manos de cada uno la decisión de encontrarse a sí mismo o no.
