Bueno, bonito y caro
A nivel visual es amor a primera vista: Pixel es así como muchos se habían imaginado el nuevo iPhone, con una carcasa de aluminio en negro mate, esquinas suavemente redondeadas, ninguna lente de la cámara que sobresale y... un enchufe analógico para los auriculares. Pero el nuevo teléfono de Google, el primero de diseño completamente propio, es más que apariencia. Pixel, de 5 pulgadas, y Pixel XL, de 5,5 pulgadas, son sobre todo la manera más sencilla de acceder a todos los servicios de Google. En su interior contienen el hardware más actual, un procesador Snapdragon 821 de Qualcomm con 8 núcleos, 4 GB de RAM y 32 o 128 GB de memoria.
Como novedad lleva la versión 7 de Android, bautizada Nougat, con sus símbolos redondeados para las app y una práctica función llamada Shortcuts. Presionando sobre una aplicación con el dedo durante unos segundos, aparecen una serie de comandos utilizados con frecuencia. Por ejemplo, si uno lo hace sobre la cámara, aparecen opciones para videos o selfis, y en WhatsApp se ven los últimos chats.
Y luego está Google. La oferta de servicios del gigante de Internet está en cada rincón del teléfono. Si se aprieta durante unos segundos el botón Home, aparece el asistente; arriba a la izquierda en la pantalla de inicio hay un botón de Google que inicia de inmediato las búsquedas, muestra las tendencias online y el tiempo, o bien noticias, todo elegido según donde se encuentre uno y los intereses personales. Si uno dice “ok, Google”, se activa el asistente por voz.
En el futuro, se supone que el asistente conocerá los deseos del usuario antes de que este los diga. Pero por ahora no es especialmente brillante y contesta muchas preguntas con “puedo hacer una búsqueda en Internet”, aunque no lo hace por sí solo.
En resumen: Pixel es Google a más no poder. Combina un diseño muy logrado con hardware potente unido a los servicios online de la empresa. Resalta la duración de la batería que se carga en menos de una hora. Pixel cuesta al menos 759 euros con 32 GB; el XL con 128 GB vale casi 1.000 euros en Europa (en EE.UU. son algo más económicos). (DPA)