Mi sueño, mi negocio
Los emprendedores son una raza especial de soñadores que han logrado transformar sus aspiraciones en un negocio propio. ¿Qué se necesita para ser uno de ellos? Sencillamente dedicación y la confianza de que sus propósitos valen mucho.
Cecilia Viteri
Conservas del corazón
“Me tuvo que dar cáncer para hacer lo que me gusta”. Cecilia Viteri revela con esa frase el inicio de su empresa, Conservas Tamarilla, dedicada a producir y comercializar alimentos 100% artesanales, como la mermelada de naranja con ají, el antipasto mediterráneo, el picallilly (pickles) y la salsa de taco con fréjoles, entre otras 35 variedades.
Cecilia fue tratada de cáncer de seno en el 2009, lo cual la llevó a Buenos Aires para cumplir sesiones de quimioterapia durante tres meses. Cuando pasaba por un quiosco de revistas en esa ciudad, se topó con una colección de suplementos sobre cómo ser empresaria desde casa, de cuyos tomos adquirió uno sobre la preparación de conservas artesanales.
Aquel momento resultó una revelación para ella. “Por esos días llegaba mi hermana a acompañarme. A ella le dije: Cuando regrese al Ecuador, me dedicaré a esto”, cuenta sobre aquella decisión que la llevaría a trabajar en lo que siempre le había gustado: la cocina, para lo cual renunció a su antigua y estresante vida como empresaria en su agencia mayorista de viajes.
Esta guayaquileña aprovechó el tiempo libre en Buenos Aires para contratar clases particulares por un mes con Cecilia de Imperio, una profesora experta en conservas que había trabajado en el canal Utilísima. “En este negocio lo más importante es la higiene, la calidad de los ingredientes y respetar la cantidad exacta de las especias”.
Al regresar a Guayaquil, en octubre del 2009, invitaba a sus amigas a degustaciones en su casa, para meses después abrir un negocio formal en el cual su hija, María Cecilia Gutiérrez, se encarga de la parte administrativa y su sobrino Carlos Viteri participó como socio capitalista.
La aceptación de sus productos hizo que hace dos meses inaugurara una isla en el Policentro y hace tres semanas abriera otra en Riocentro Los Ceibos.
“Uno de mis conservas favoritas es el antipasto mediterráneo, porque ha logrado ubicarse entre los más vendidos a pesar de tener berenjena, alimento poco conocido entre los guayaquileños. Pero mi filosofía es la degustación, así que cuando lo prueban, siempre lo compran”.
Con alimentos así ella comparte con sus clientes la alegría de saborear la vida. (M.P.)
Cynthia Pamiño De Serrano
Un negocio con mucha alma
Ser mamá la transformó. Sus prioridades cambiaron y con ellas su oficio, que no es tan conocido en el país. Cynthia Pazmiño de Serrano, publicista de 30 años, ahora es una especialista del amigurumi, técnica japonesa que consiste en tejer diferentes figuras con ganchillo y rellenarlas para que tomen forma tridimensional.
Ella quería una ocupación que la mantuviera cerca de su hija Rebecca, de 2 años, y que le generara ingresos económicos.
Es así como en enero de este año apostó todo a esta técnica, que se ha convertido en uno de sus mejores negocios. No solo por las ganancias que obtiene, sino porque se decidió a realizar su pasatiempo favorito.
“Con mis amigurumis estoy llegando a esos momentos bellos de nostalgia, felicidad, amistad y amor. Yo lo viví con mi hija, ya que a ella le hice mis primeras creaciones. Ahora las estoy haciendo para otras personas con mucha alma”, dijo.
Aunque no tiene un lugar físico para vender los amigurumis, los promociona en su página de Facebook llamada Little Miss Purple por el color favorito de su hija. Esta web recibe las visitas de personas que comentan y se admiran por este trabajo minucioso; y si se interesan más, hacen pedidos que suelen ser complejos. Le solicitan personajes como Frida Khalo, Spiderman, Mario Bros., accesorios y demás. La mayoría de sus clientes son coleccionistas.
Semanalmente, Cynthia realiza de tres a cuatro amigurumis de lana de algodón hipoalergénica. A este trabajo dedica diez horas diarias. Las creaciones son entregadas a domicilio en una caja.
Su prima y esposo la ayudan para no desatender alguna petición de los clientes, quienes son los encargados de hacerles publicidad.
En un futuro piensa participar en ferias para dar a conocer más esta técnica que se propone llegar al corazón. (L.L.V.)
Marco Vera Arguello
Incursionando En el 3D
Desde que estaba en el colegio, Marco Vera, de 29 años y graduado de Comunicación Audiovisual y Multimedia de la Universidad Casa Grande, vio en la cámara de video una aliada.
Lo que parecía un simple hobby, cuando grababa videos de las fiestas de cumpleaños de su familia que luego editaba con su hermano, terminó por convertirse en su profesión. Hace 8 años, Marco fundó su propia productora: Ya Simón Producciones, y desde este año ha incursionado en un nuevo terreno: la publicidad para cines en 3D.
Él aprendió a manejar esta técnica tras algunos días de investigación personal, luego de que una de las compañías con las que trabaja le preguntaran si él podía realizar este tipo de trabajo.
“Uno de mis clientes mandó a hacer un 3D a Uruguay y como se demoraron como 3 meses, y no le mandaban el resultado final, me preguntaron si conocía alguien que pudiera hacerlo y yo les dije: a lo mejor yo puedo”, recuerda.
“En ese periodo me dediqué a investigar y a hacer las primeras pruebas y después de unos días les dije que sí podía hacerlo y aunque no estaban convencidos, me mandaron el material y comencé a hacerlo hasta que me salió y les presenté la pieza final. También para lograrlo tuve que hacer una inversión y comprar un monitor en 3D (en computador normal no se puede ver), con las gafas”, dice.
Lamentablemente, esta publicidad no se exhibió, pero Marco se muestra muy interesado por empezar a desarrollar el 3D con nuevos clientes.
Con su empresa, Ya Simón Producciones, Marco también ha realizado varios videoclips de bandas nacionales como LEGO, a cuyo vocalista, Lenin Vargas, conoció a través de un contacto en su universidad; Los Intrépidos y Francisco Espinoza. También se ha encargado de la grabación de los capítulos de la serie de ‘Aprendamos’, un programa impulsado por el Municipio de Guayaquil. (D.L.A.)