Nutrir el alma: Una nueva forma de alimentarnos
La alimentación sana ha sido un tema de debate últimamente. Hay un exceso de información que generaliza las necesidades, y el resultado no siempre es el más sano.
Aunque hay infinidad de teorías o dietas, las personas no están al tanto de qué es lo que en verdad necesita su cuerpo. Bajo este concepto, Pinky Zuberbuhler, nutricionista argentina, trata de romper el esquema de lo conocido, y propone una nueva forma de encarar a la alimentación, a través de un programa que incluye nutrición y meditación. Pero, ¿es tan fácil como suena?
Según Zuberbuhler, la respuesta está en “la conciencia de estar presente”. Ella indica “somos un ser humano que tiene un cuerpo y una mente que es consciente, y desde ese lugar somos capaces de cambiar la manera de ver la alimentación. Entonces ¿por qué no podemos sobrellevar un régimen determinado?”.
Esta nutricionista que lleva más de veinte años trabajando en el rubro, y que además es deportista, ha llegado a comprobar distintos métodos de cómo funciona la alimentación cuando la persona aprende a diferenciar el hambre de la emoción. Con un libro publicado, llamado Nutrición del alma y un centro nutricional rodeado de naturaleza en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, Pinky Zuberbuhler recibe a decenas de pacientes todas las semanas, que buscan una nueva forma de lograr sus objetivos en cuanto al peso.
El método que propone su libro indica que la persona está compuesta por: 1) El ser; 2) el cuerpo; 3) y la mente. Cada uno de estos incluye sentimientos, sensación física y pensamientos, respectivamente. En el momento en que se permite que sea la mente la que manda sobre la alimentación, es cuando más cae en patrones negativos, porque usualmente están dirigidos por experiencias pasadas, que no necesariamente son saludables para el cuerpo, sino disfuncionales.
Dice Zuberbuhler: “Por ejemplo, nosotros reaccionamos ante estímulos, entonces si en algún momento nos comimos un chocolate y eso nos hizo sentir mejor, en el futuro cuando tengamos un momento de ansiedad y necesitemos volver a ese estado de ‘felicidad’ vamos a recurrir al chocolate. Así trabaja la mente, y con muchas otras emociones que no sabemos descifrar”.
Terapias
Con esta referencia, la nutricionista trata a cada uno de sus pacientes como un caso único, aunque los hace trabajar en terapias grupales.
El tipo de tratamiento, la dieta a seguir e incluso el plazo para ver los resultados entonces va a variar. “Mi trabajo tiene que ver con la reintegración, donde hago que el ser consciente pueda ver que uno no es solo su pensamiento, sino también emociones y un cuerpo que cuidar. Es útil aprender a diferenciar lo emocional, de lo que le conviene al cuerpo”, asegura.
En el Centro Nutrición del Alma, de Zuberbuhler, es natural encontrar un ambiente que irradia armonía. Desde el mismo hecho de estar afuera de la ciudad y el ruido, lo cual ayuda a desconectarse por unas horas para integrar a los pacientes a un entorno más amigable, hasta el acto de recibirlos como si se tratara de su propia casa para hablar sobre su alimentación. Lo que busca ‘nutrición del alma’ es asegurarse que quienes acuden a este método, sepan que no van a seguir solamente un régimen dietario que los lleve a comer en piloto automático.
La pregunta clave que muchos hacen al momento de acudir a una consulta es generalmente saber en cuánto tiempo se verán los resultados. Por supuesto, indica que llegan pacientes con la intención de solo realizar una dieta que tenga objetivos a corto plazo. Y aunque ofrece talleres de “Descenso rápido”, esto también se trata de realizar a la par una terapia que incluye meditación y un control de cómo evoluciona el cuerpo ante determinados alimentos. “Lo único que sirve a largo plazo para mantener el peso indicado, es conocerse y tener buenos hábitos alimenticios. Quien empieza a comer sano, se acostumbra al bienestar que eso le produce al cuerpo. Pensar en cómo me siento, trae como resultado estar consciente de qué le hace bien o mal a la salud. Lo que me dice el cuerpo y lo que uno siente es lo correcto, pero cuando interviene la mente con pensamientos (sobre todo negativos) ahí es cuando no siempre deberíamos escuchar.
Quienes practican la meditación entonces parecerían ser los indicados para seguir este método, sin embargo, Zuberbuhler indica que no suele ser así porque hay más barreras respecto a adaptar nuevos patrones en la alimentación, gracias a lo anteriormente aprendido.
Disfrutar de lo que se come, tratar de escuchar al cuerpo y sus necesidades, incluir ejercicio diario, buscar la relajación para evitar caer en conductas basadas en ansiedad y sobre todo estar presentes para permitirse adquirir nuevos patrones alimenticios, parecen ser las tareas claves que recomienda Zuberbuhler para relacionarse mejor con la comida. (I)
¿La receta de la felicidad?
No solo por salud y delgadez es que las personas hacen dieta. También parece ser por una búsqueda de la felicidad.
Por ejemplo, algunos de los que dejaron de consumir gluten dicen tener ahora la mente más clara; las barras de jugos naturales manifiestan tener remedios para males emocionales en sus vasos de frutas pulverizadas.
Entonces, ¿se puede mezclar todo en una receta que alimente al alma y a la vez sea un platillo delicioso? El famoso chef francés Joël Robuchon (25 estrellas Michelin) y la acupunturista y neurofarma-cóloga Nadia Volf piensan que sí. Combinando su arte con su conocimiento científico, la pareja afirma que las comidas pueden mejorar la salud, la energía y el estado de ánimo.
“Se trata de lo que se debe comer en diferentes momentos y cómo uno se siente. Si estás obsesionado por algo, come endibias y la obsesión desaparecerá”, explicó Volf. “Veo tantas chicas que tratan de consolarse comiendo grandes porciones de helado, pero no funciona. Ganan peso y no se sienten mejor. Cuando lo idóneo es comer pavo, por el aminoácido triptófano, que es la base de la hormona serotonina. Pero las chicas no lo saben”.
Los consejos están recopilados en el libro de cocina Food & Life, de ambos. Incluyen recetas que aseguran curar varias dolencias: sopa de menta con guisantes “contra los problemas de circulación, edemas y retención de líquidos en las piernas”. Otra: remolacha y endibias, con pechuga de pato ahumado, cebollino y manzana, “los ácidos grasos del pato son buenos para el corazón, y también tiene fósforo, lo que estimula la memoria; la endibia combate el miedo, la remolacha ayuda al sistema inmune y desintoxica la sangre; y las manzanas tienen hierro y pectina, que calma el estómago”.
¿Será que las personas se dejan sugestionar o los efectos combinados de los alimentos sí son reales? (I)
Fuente: T Magazine