Tradición infaltable
La costumbre de llevar serenatas a las madres por su día no ha declinado. Este obsequio musical está cargado de emociones, pero también de rítmicos negocios.
Dedicar una o dos horas de música en vivo, ¡ay!, qué placer para los homenajeados: los cumpleañeros o las quinceañeras, los enamorados o los recién casados, para despedir un amigo o recibirlo con extremidades abiertas.
Pero en estas fechas las tonadas se enfocan a la Primera Dama del hogar, con la intención de dedicarle diferentes emociones musicalizadas.
Madrecita querida, para pedirle ‘miles de perdones’; Regalo de un hijo, para obsequiarle nuestra ‘vida, alma y corazón’; Canto a la madre, para agradecerle su amor perenne e inagotable; Mi madre es mi novia, para celebrar su entrega sin condición; Amor eterno, para recordarla... Melodías que tienen un objetivo común: motivar océanos de lágrimas, junto con la procreadora o por su recuerdo.
“Mi mamá siempre recibió serenata en su día, yo no he sido elogiada de esta manera. Mis hijos me dan regalos o me llevan a cenar... No me molesta, pero sería agradable recibir alguna”, expresa Ester Díaz Arana. Su sentir confirma que por todas las razones expuestas, las serenatas en el día de la madre son una costumbre que difícilmente desaparecerá.
Por ejemplo, Carlos Luis Díaz le ha dedicado serenata a su mamá todos los años, desde que tenía 13. Cuando era pequeño escuchó que ella deseaba este tipo de homenaje. Por ello conformó una agrupación con la cual cantaba baladas románticas y del recuerdo de bandas guayaquileñas. “Pero a mi mamá más les gustaba las de Julio Jaramillo, como Para ti madrecita. Muchas veces no terminaba de cantar porque nos poníamos a llorar”.
Y aunque su progenitora falleció en 1997, aún continúa con la tradición en el barrio donde vive, en el Suroeste de la ciudad. Las melodías las ofrece a las madres del sector, a su esposa y a su hija mayor quien dio a luz a su primer hijo. Es una gran fiesta que une a amigos, vecinos y familiares.
En esta época se ve de todo un poco, agrega Lourdes Loor, directora de la agrupación Mariachi Mexcal. Como anécdota de su trabajo, tras 12 años de experiencia, explica que el homenaje musical también cumple otras funciones aparte de las descritas. “A veces los hijos dicen ‘voy a aprovechar la serenata, de una vez le sirve para el cumpleaños’, y si se portó malcriado en una ocasión entonces la presentación también es para pedirle perdón, es un 3x1”.
Jornada melodiosa
Las serenatas empezaron a escucharse desde las 17:00 de ayer. Se espera que el último acorde suene hasta las 10:00.
Según Loor, se ofrece un repertorio de 6 canciones, a un valor de $ 120. Esto es un promedio de 40 presentaciones por conjunto, los cuales, la mayoría, están ubicados, sobre la calle Esmeraldas, en el centro de la ciudad.
La tradición continúa, luego del último feriado playero y al pie del inicio de clases en la Costa. (G.Q.) (I)
Contactos: Mariachi Mexcal, 098-942-8353. Carlos Díaz, 098-498-1921.