Wikimanía

09 de Febrero de 2014
Judith Newman (The New York Times)

Así es que así es como empieza. Un día usted está perfectamente contento con lo que le tocó en la vida. Luego, explora Wikipedia y piensa: un momento, ¿cómo fue, exactamente que él se metió allí? ¿Acaso es mucho más notable que yo? Paul Jolley, quien terminó noveno en American Idol la temporada pasada, con su interpretación de Eleanor Rigby, tiene una página. ¿De verdad?

No se envidian las páginas de los obviamente prominentes, los notables o los desconocidos que han contribuido con tanto a nuestra sociedad. Sin embargo, cuando se empieza a notar que los colegas tienen páginas y uno no –las que usted sabe muy bien que presentaron cónyuges o madres, ya que Wikipedia prohíbe que uno mismo entregue las propias–, usted empieza a sentirse algo amargado. Y por “usted” quiero decir yo.

La mañana de diciembre que revisé había 4’399.610 artículos sobre diversos temas y personas en Wikipedia. Estaba determinada a que fueran esa cantidad. (A propósito, solo es en inglés. Hay millones y millones más en otros idiomas. Tan solo en persa, por ejemplo, hay más de 100.000 páginas).

De cualquier forma, tenía un plan. Mi compañero de oficina, Lewis, gran admirador de mi trabajo, me había estado rogando escribir una página sobre mí para Wikipedia. Le aseguré que le proporcionaría toda la información que necesitara y no interferiría con su proceso. ¿Bueno, qué tan difícil puede ser? Había escrito para un montón de publicaciones, había recibido algunas buenas críticas. Había ganado un montón de premios. Algunos premios. Dos, si se cuenta el FiFi que recibí de la Fundación Fragancia por escribir lo que se consideró era el mejor artículo sobre perfumes en 1993.

Y eso es lo maravilloso, y la pesadilla, de Wikipedia: enseña que la verdad siempre es una obra en proceso. La idea solo era una utopía cuando el cofundador de Wikipedia, Jimmy Wales, la introdujo en el 2001. La concibió como un banco de información vivo, que respirara, en el que cualquiera con conocimiento pudiera contribuir, y donde una pasión por un tema en particular era razón suficiente para iniciar una entrada. La abuelita erudita, el académico estimado, el adolescente de 16 años encerrado en el sótano: no importaba. Muéstranos lo que sabes, y luego pruébalo.

Los tres principios para los artículos en Wikipedia son: “Ninguna investigación original”, “Puntos de vista neutrales” y “Verificabilidad”, términos que, en sí mismos, están abiertos al debate. En cualquier caso, Wales quería hacer realidad las palabras de Charles van Doren, uno de los editores de la Enciclopedia Británica, quien escribió en un ensayo de 1962: “Porque el mundo es radicalmente nuevo, la enciclopedia ideal debería ser radical también. Debería dejar de ser segura en política, filosofía y ciencia”.

Wikipedia es muy afecta a mantener una cultura de respeto y decoro, pero se puede percibir que es frecuente que el esfuerzo se haga de dientes para fuera. Sin embargo, quizá la mayor de todas las batallas de Wikipedia no se trate de quejarse por los datos, sino, simplemente, de la máxima pregunta: ¿Me lo merezco? ¿Quién decide? Y, ¿me estoy presentando bajo la mejor luz posible para la posteridad en internet?

Si hay consenso en un problema dentro y sin Wikipedia, ese es que la proporción de mujeres y hombres entre sus editores y administradores –85 a 90 por ciento son varones– sí crea un prejuicio de género, señaló Maia Weinstock, de BrainPOP.

Muchos de los editores y administradores no son lo que podría decirse tipos sensibles de la Nueva Era. Prácticamente todos con los que hablé para este artículo notaron que los wikipedianos son el tipo de personas que se dedican a tareas repetitivas, con una fascinación agresiva e implacable por las minucias y las búsquedas idiosincráticas.

Apenas si sorprende, entonces, que haya surgido una actividad artesanal: los susurradores de Wikipedia, que son personas y compañías que, por varios cientos a varios miles de dólares, crearán y manejarán las páginas en Wikipedia. Antes de decidir que era demasiado tacaña para pagarle a alguien por algo que debería poder intimidar a un amigo para que lo hiciera, hablé con varios consultores sobre las posibilidades que tenía de que me seleccionaran. Debo decir en su favor que ninguno se abalanzó sobre mi cartera sin antes pasar algún tiempo platicando, y ninguno me animó increíblemente.

“No lo tome personalmente”, dijo Michael French, el director ejecutivo de Wiki-PR, una compañía dedicada a crear y manejar páginas, “pero es posible que no tenga suficiente huella mediática para entrar. No es suficiente haber escrito muchos artículos y varios libros. Tiene que ser tema de terceras fuentes independientes”.

Descubrí que, a pesar de aparecer como referencia en ocho ocasiones en Wikipedia, alguien con nombre de usuario StarryGrandma rechazó la propuesta de mi propia página. El o ella amonesta al flojo Lewis por “no proporcionar referencias para sustentar lo dicho en el artículo”, continúa para pedirle arbitrariamente que “demuestre que la autora es notable”.

¿De verdad? ¿No soy tan notable como Edward the Blue Engine –parte de los actores de reparto de Thomas the Tank Engine–, que tiene su propia página? ¿Cuántos libros ha escrito esa locomotora antropomorfa? ¿Cuántos FiFis ha ganado? ¿Y saben qué es lo que irrita realmente? Ni siquiera tiene su propio programa.

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