El Palacio de las Luces: Visión futurista en Venecia

13 de Enero de 2013
Elisabetta Povoledo - The New York Times

El Palacio de las Luces es el nuevo proyecto controversial del afamado diseñador, Pierre Cardin.

La élite de Venecia se reunió a principios de diciembre del 2012 para celebrar la carrera de un hijo nativo, Pierre Cardin, de 90 años.

En lugar de festejar glorias pasadas, el diseñador de modas –quien prestó su nombre para trajes sastre, escusados y cigarrillos, así como para la alta costura– utilizó la ocasión para impulsar su siguiente empresa: planes para un enorme palazzo que, espera, llevará a Venecia al futuro.

Si se construye, el edificio, llamado Palais Lumière, será una colección fastuosa de departamentos privados, hoteles, espacios comerciales y hasta una universidad de la moda, y transformaría una ruinosa zona industrial, colindante con la laguna de Venecia. Cardin describió al Palais, en realidad tres estructuras conectadas por seis discos planos, como una “escultura habitable” y dijo que es su sueño.

Si bien muchos en Venecia han recibido bien las ambiciones de Cardin, el proyecto ha alarmado a los conservacionistas y provocado un ardiente debate sobre las perspectivas de una ciudad atesorada y otrora poderosa, amenazada por el descenso en la población, el turismo de masas y los niveles del mar en aumento. Algunos de los famosos historiadores del arte, arquitectos e intelectuales de Italia le escribieron al presidente Giorgio Napolitano para pedirle que detenga el proyecto.

Políticos locales dieron su aprobación informal al plan de Cardin, pero todavía se espera el veredicto del Ministerio de la Cultura. Si todo sale bien, se podría comenzar con la construcción a principios de 2013.

Las inquietudes de los oponentes son, en parte, estéticas. Se han burlado del colosal Palais –inspirado en la imagen de tres flores en un florero, entrelazadas con un largo listón– por considerarlo pasado de moda, caricaturesco y hasta “superfálico”.

Sin embargo, muchos temen que el proyecto también podría hacer peligrar a los frágiles ecosistemas de la laguna y arruinar uno de los paisajes más únicos del mundo, creado a lo largo de “siglos de interacción entre la tierra firme y el mar”, expresó Marco Parini, el presidente nacional de Italia Nostra, una organización que defiende el patrimonio histórico italiano.

Lo que está “en riesgo es el desequilibrio de una armonía delicada”, dijo Parini. “¿Se puede imaginar construir un rascacielos en el Valle de los Monumentos?”.

Las dimensiones del proyecto son tan enormes que los constructores tendrían que desviar caminos y vías ferroviarias hacia Porto Marghera, la zona donde se construiría el Palais Lumière, a unos 8 kilómetros del centro de la ciudad.

Cardin, quien suscribe el proyecto, el cual se estima que costará 2.600 millones de dólares, jovialmente desestima tales críticas. Les recuerda a quienes quieran escuchar que se consideró que su estrafalario refugio en Cannes, Francia, el Palais Bulles, diseñado por Antti Lovag, era “tan horrible” que la gente quería derribarlo. “Ahora está considerado como un monumento histórico al que no se puede tocar”, dijo.

El Palais Lumière o Palacio de las Luces “será como un faro que ilumine el cielo, gratis”, dijo Cardin durante la ceremonia en la que recibió el premio León de Venecia.

Cardin nació en San Biagio di Callalta, en el norte de Venecia, y tenía 2 años cuando su familia se mudó a Francia. “Pero todavía me siento muy italiano”, dijo en un italiano con acento francés.

Algunos temen que el Palais sea una especie de caballo de Troya que transformará a Venecia de “un patio encantador en una Dubái en la laguna”, como lo expresó Parini. “Es inaceptable, insostenible e incompatible con la historia de Venecia. Se debe detener inmediatamente”.

Tal construcción desenfrenada, dicen los conservacionistas, podría ser el golpe final contra una ciudad ya sitiada por los turistas y los cruceros que transportan a miles por los canales que se erosionan gradualmente cada semana.

A algunos venecianos les preocupa que el mero tamaño de la estructura, 250 metros, requiera cimientos profundos que pudieran atravesar el acuífero en forma considerable, alterando el frágil equilibrio de la laguna, ya afectada por el bombeo.

“El Palais podría empeorar la situación”, notó Cristiano Gasparetto, un arquitecto y experto en la laguna veneciana.

Quienes se oponen presentaron una impugnación judicial sobre un permiso emitido antes por el organismo de aviación civil de Italia.

Sin embargo, a otros les preocupa que para preservar su singularidad, Venecia se mantenga demasiado embrollada en su pasado.

“Quizá el Palais Lumière no sea la solución, pero es un símbolo de una oportunidad para abrazar una historia diferente para Venecia”, expresó Dominic Standish, un profesor de sociología ambiental y autor de Venice in Environmental Peril? Myth and Reality. “Rechazarlo categóricamente es tener poca visión”, dijo. “Venecia necesita un nuevo modelo para avanzar”.

Cardin dijo que cree que el proyecto generaría empleos –cerca de 5.000 durante la construcción y cuando estén funcionando los departamentos, hoteles, restaurantes, tiendas y diversos servicios del Palais– en una zona golpeada por la crisis económica, especialmente en el sector de la construcción y el mercado inmobiliario.

Gobernantes locales rápidamente dieron luz verde al Palais, influenciados por el entusiasmo de Cardin y la perspectiva de que el ayuntamiento obtenga millones por la venta del que fuera un basurero industrial.

“Sin duda que al ayuntamiento le interesa el crecimiento de la zona”, dijo Óscar Girotto, el funcionario del departamento de planeación que supervisa el proyecto.

A lo largo de su carrera, Cardin se ha ganado la reputación de ser un visionario progresista, quien introdujo la ropa ya hecha en 1959, y dejó su marca en la moda con atuendos de la “era espacial” y muebles futuristas. Encabezó las incursiones de la moda en Japón, la ex-Unión Soviética y China.

Quiere que el Palais también experimente con tecnologías de punta, ecológicamente sustentables, para reducir la huella de carbono.

“Nuestro desafío es hacer de esto un ejemplo de cero emisiones”, señaló Guido Zanovello de Studio Altieri, el ingeniero encargado del proyecto. Incluiría turbinas de viento y otras formas de energía renovable, junto con un sistema interno de reciclado de desechos. “Estamos integrando tecnologías nuevas en formas originales”, notó. Solo se construirán 2,5 de las 20 hectáreas. El resto será jardines y parque. “Les estoy dando a los venecianos pasto y árboles en lugar de fábricas”, expresó Cardin.

 

Terreno de construcción

Palais Lumière o Palacio de las Luces (llamado así porque muchos de los muros serían transparentes) se construiría en una zona industrial. Los conservacionistas temen que pueda poner en peligro el ecosistema.

 

 

 

 

bocetos de la edificación

Pierre Cardin dijo que el Palais Lumière sería un tipo de escultura en la que daría “pasto y árboles en lugar de fábricas". En este proyecto funcionarían departamentos, hoteles, restaurantes, tiendas y demás.

 

 

 

 

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