Gusta de Coelho
Paulo Coelho es muy minucioso en su último editorial sobre la palabra y casualmente es necesario comprender qué efecto puede ocasionar una palabra mal empleada. (Columna de Paulo Coelho, ‘Las palabras y las personas’, enero 14). La pregunta de cajón es ¿podemos ser contemplativos con aquellas irónicas formas expresivas que muchas veces tienen un efecto nocivo? Hay quienes se sientan en una cafetería y comienzan con una elaborada edición verbal de palabrejas sin ton ni son. ¿Cómo podemos sentirnos sobre aquellos que manejan tan mal las palabras que parecen ser depredadores del lenguaje?
Esos son aquellos seres inhumanos que ni saben ni conocen el significado de los vocablos. simplemente los utilizan desaprensivamente intentando impresionar. Es muy fácil acribillar con dedicatorias verbales, ¿pero si fuera a la inversa? Apliquemos el respeto en un diálogo o conversación. Mientras más respeto exista es mejor, pues pese a las diferencias, sobreviven las consideraciones y no el irrespeto y aquella intolerancia tan indigna propia de seres que solo odian y destilan amargura. Si fuéramos más humanos, utilizaríamos la palabra dejando de lado las diferencias y aprendiendo de los demás. Ojalá archivemos las malas intenciones y nos volvamos prolijos en una expresividad bienintencionada y respetable.
Eduardo E. Jiménez