Teresa Farah de Aurea: Los retos de la primera presidenta

16 de Octubre de 2016
  • Teresa Farah en su oficina en la sede de la Cruz Roja del Guayas.
  • La Cruz Roja del Guayas repartió kits de alimentos, de higiene, para bebés y ropa a 1.125 familias en los cantones Sucre y San Vicente, en Manabí, tras el terremoto de abril.
  • Su siguiente labor se concentrará en capacitar a las mujeres para la creación de emprendimientos en Manabí.

Teresa Farah de Aurea es la primera mujer a la cabeza de la Cruz Roja del Guayas.

Hace 22 años, María Teresa Farah de Aurea, recuerda, solía recorrer el salón principal de la Cruz Roja del Guayas, en la planta alta del edificio en Quito y Primero de Mayo, siempre dejándose cautivar por los retratos de los caballeros a la cabeza de esa entidad desde 1910.

En ese tiempo ella era voluntaria del Comité de Damas de la institución. Honestamente, recuerda, no se imaginaba que su rostro sería el primero de una mujer en acompañar a tan importantes personajes, como de la talla del doctor Teodoro Maldonado Carbo y otros. Recién se le ha ocurrido que eso es posible, desde que se convirtió en la primera presidenta de la Cruz Roja del Guayas, hace 9 meses.

Aptitudes ‘cruzrojistas’

“Yo no escogí este puesto, él me escogió a mí”, manifiesta quien también ha sido la primera vicepresidenta del directorio. Su afán de servicio, su aceptación en los cantones de acción de la junta provincial, sus habilidades de decisión y su visión estratégica fueron los atributos que convencieron a su equipo de trabajo para postularla como al cargo.

Al parecer, esa sensación de cercanía que ella provoca también fue decisiva para el puesto. En su día a día debe atender las urgencias de las direcciones, coordinadores y voluntarios. Pero también necesidades de la ciudadanía, que directamente se reúne con ella, eliminando así las barreras que podría suponer el contactarse con alguien de su rango.

“A diario atiendo a más de 80 personas, sobre todo a gente de la calle. Es un trabajo que consume, pero lo desempeño con mucho orgullo y pasión”, afirma Teresa, quien se caracteriza por un hablar pausado y un poco risueño. Esas cualidades le permitieron afrontar su mayor desafío en su corto periodo de gobierno: el terremoto del 16 de abril, hace 6 meses, el cual devastó en gran parte la provincia de Manabí. “Me tocó un escenario no contemplado, tuve que gestionar sobre el tema rápidamente”.

Un evento que requería un accionar de alguien con “cabeza fría y corazón caliente”, precisa Pedro Mateos, miembro de la Federación de la Cruz Roja y asesor de la presidenta: “No toma decisiones con el corazón, sino con la cabeza, pero no se olvida que es una labor de servicio y a quien atendemos es a las personas”. Aunque trata de no describirse a sí misma, Teresa sonríe, apropiándose de esa descripción, y agrega en tono serio: “Me es fácil tomar decisiones rápidas, y no me gusta que las personas se equivoquen por mí”.

La labor que ha liderado en Manabí se ha dividido en dos fases. La primera se dirigió a la atención urgente a las familias en Sucre y San Vicente. La siguiente etapa se enfocará en enseñarles a los damnificados medios de vida y emprendimientos. El desastre natural además le motivó a formar un voluntariado de alto perfil para afrontar de manera más eficiente otra situación similar. “He decidido que sea parte de mi gestión formar un grupo de voluntarios de élite para una unidad de rescate de estructuras colapsadas”.

Al momento, se están impartiendo cuatro módulos para capacitar a 100 voluntarios en este sentido. “Al término del curso serán acreditados y eso me permitirá conseguirles capacitación en el exterior”.

Carrera de voluntariado

La trayectoria cruzrojista de Teresa Farah comenzó en los 90, cuando una amiga la invitó a ser parte del Comité de Damas. “Acepté la invitación, me presenté al directorio, y a los 15 días recibí una carta de Luis Chiriboga, presidente de la Cruz Roja del Guayas de esa época, diciéndome que me habían escogido”.

En esos años armó ajuares para niños de madres de bajos recursos y kits de ropa. También recibió a los usuarios del Banco de Sangre, aportándoles tranquilidad, porque las personas llegan allí en un estado de angustia, explica. De esos tiempos ha notado algo que tal vez es reconocido por muchos: “Los guayaquileños somos solidarios. Tan pronto hay una emergencia, los voluntarios se activan solos, no es necesario contactarlos”. En Guayas se registran 600 voluntarios y a nivel país, 10.000 individuos.

Y, a decir de Teresa, podemos seguir sumando. Por eso no considera la falta de tiempo una amenaza al voluntariado. “La clave es organización y dedicación. Pueden dedicar 4 horas a la semana o ser un voluntario virtual”. Se refiere a los profesionales quienes desde sus oficinas o consultorios pueden brindar una asesoría o recibir a personas que necesitan ayuda. “Los llamamos en casos puntuales y nos colaboran. Solo es necesario su sincero deseo de servir”.

Un gran apoyo para quienes desean ser parte de una causa social es la familia, como lo ha sido para ella. “Mi esposo, además de esposo, es un asesor externo gratuito y mis hijos me complementan con su apoyo emocional. Ellos están contentos porque me ven feliz”. Por eso, cuando le preguntan si algún día dejará la Cruz Roja, responde: “Seré voluntaria toda la vida”. “¡Hasta que no pueda subir las escaleras!”, bromea. (G.Q.) (I)

 

Seis meses después

El trabajo realizado por la Junta Provincial de la Cruz Roja Ecuatoriana se ha dividido en dos fases, de acuerdo con su máxima autoridad. En la primera etapa, en lo que va de abril a octubre, la ayuda humanitaria se concentró en los cantones Sucre y San Vicente, así como sus zonas aledañas. La entidad repartió kits de alimentos, de higiene, para bebés y ropa a 1.125 familias, además entregó alimentos a 2.987 familias de refugios, albergues, asilos y comunidades cercanas. La asistencia en ese primer semestre también cubrió el apoyo psicosocial, capacitación en primeros auxilios y atenciones médicas y de fisioterapias, beneficiando a 458 personas.

Las siguientes labores, que se extenderán por 30 meses más, según Teresa Farah, se enfocarán a la conformación de brigadas comunitarias, capacitación y diagnóstico para la creación de nuevos emprendimientos centrados en la mujer como fuerza de trabajo, campañas de hábitos de higiene y prevención de enfermedades y apoyo psicosocial con énfasis en niños y adultos mayores. Al momento, también gestiona alianzas estratégicas con bancos privados.

 

  Deja tu comentario