El gran salto a los escenarios

Roberto Manrique nos revela su nueva aventura profesional: el teatro, como actor y gestor, actividades que realiza en Miami. Su siguiente meta es conquistar con estas facetas al público latino de Nueva York.

El talento y la creatividad de Roberto Manrique ahora fluye en las tablas. Consagrado en la actuación de telenovelas como el galán de galanes ecuatoriano, Roberto incursiona nuevamente en el teatro.

Esta vez, abraza de lleno este arte debutando como productor y actor al mismo tiempo de una obra, la cual se presentó en Miami, donde reside hace apr oximadamente tres años. Las fotos de este artículo fueron capturadas en esa ciudad.

Roberto junto con Manuel Mendoza, productor y director venezolano también instalado en Miami, levantaron el año pasado la comedia española Mitad y mitad, de los autores Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez. “Habíamos estado trabajando en un texto unipersonal para hacer mi primer monólogo pero no dimos con algo que nos encante, pero dimos con esta obra de dos personajes”, cuenta Roberto en entrevista telefónica desde Estados Unidos.

El 28 de febrero, Mitad y mitad se presentará otra vez, esta ocasión en el TAT (Teatro Ateneo Toral), el cual será inaugurado ese mismo día. El inmueble pertenece a su socio.

La pieza teatral maneja con humor negro la vida de dos hermanos que se disputan la herencia de su madre moribunda, quien aparentemente “no quiere morir”. La muerte y el dinero de por medio conducen las acciones de ambos.

En la obra, Roberto interpreta a un hombre débil y manipulable, todo lo contrario a los personajes que el público ha estado acostumbrado a ver en telenovelas; incluso cambia su apariencia: este personaje no es atractivo ni guapo como Roberto.

El otro individuo es caracterizado por Gabriel Porras, actor conocido por las producciones de Telemundo Corazón Valiente, ¿Dónde está Elisa?, entre otras.

Proyectos
Luego de la inauguración del TAT, el siguiente paso, dice Roberto, es llevarla a Nueva York. El estreno será el 2 de abril en el teatro SEA (Society of the Educational Arts) en el Lower East Side, con funciones en español e inglés.

“El plan responde a satisfacer una necesidad de entretenimiento y cultura para los latinos que viven en Nueva York. Es decir, 18 millones de latinos aproximadamente en ese estado y no hay un ofrecimiento teatral acorde a esta masa de gente que está pidiendo entretenimiento con la cual identificarse”. La idea es generar un movimiento teatral latino, al cual se le sumarán cuatro obras más: Taxi, Toc toc, Confesiones del pene y Monólogos de la vagina. “Es un plan ambicioso por todo lo que implica, Nueva York es la ciudad del teatro en Estados Unidos por excelencia”.

Este proyecto será promocionado por una campaña que se inicia hoy, la cual reúne a 20 estrellas de entretenimiento hispano, con el respaldo de María Conchita Alonso, Julián Gil, Roselyn Sánchez, Sonya Smith, Gabriel Porras, Alejandra Espinoza, Bianca Marroquin, Alejandra Borreño y otros.

Consabida experiencia
La fama de Roberto se disparó gracias a sus actuaciones en dramas colombianos y de Telemundo, como Victoria, Doña Bárbara, Los Victorinos, Decisiones, El Clon, y la más reciente Marido en alquiler, entre otros. Todo esto le llegó por su experiencia en creaciones nacionales, como Yo vendo unos ojos negros, La Hechicera, La Taxista, y series locales (Mis primas, Solteros sin compromiso, Así es la vida).

Aunque no está involucrado en proyectos televisivos actualmente, él cree que este es el mayor momento en su carrera. El cambio de escenarios para él es una oportunidad de enriquecer su hoja de vida.

“La actuación tiene que estar en constante ejercicio. La televisión tiene muchas cosas positivas para los actores, pero muchos riesgos también, especialmente las novelas, tienden a llenarnos de vicios actorales, a que repitamos fórmulas que funcionan y tomemos el camino fácil que ya se ha probado con público y dejemos de crear”, explica.

Por eso dice que le huye al ‘estancamiento’, aprovechando cada ocasión en la que pueda recibir o dictar talleres o ser parte de un montaje teatral. Esta motivación lo llevó a obtener papeles notorios y los roles principales en Confesiones del pene, La gata sobre el tejado caliente y Arte (las dos últimas dirigidas por Jaime Tamariz).

El teatro realmente se insertó en su vida cuando grababa Yo vendo unos ojos negros, recuerda, gracias al ofrecimiento de Virgilio Valero y Bernardo Menéndez, quienes le propusieron ser parte de Humor de Chéjov en un acto, un compendio de tres obras cortas de Anton Chéjov. Ahí descubrió su pasión por las tablas. “Esta experiencia teatral estaba llena de adrenalina y libertad... era una explosión de ganas y alegría en el escenario intensa y especial. Estoy profundamente agradecido con ellos por haberme dado ese regalo”.

Terapia teatral
‘Arterapia’ es un concepto que surgió de la combinación de la experiencia teatral de Roberto junto con los conocimientos de su hermana Beatriz Manrique, psicoterapeuta. El propósito es que los participantes, a través de ejercicios teatrales, cumplan objetivos terapéuticos. Esto es, descubrir su personaje social.

“Hoy en día estamos reinventándonos distintos personajes para distintas situaciones. La meta es estar en contacto con la capacidad de definir cuáles son tus personajes y cuál sirve más para una situación”, aclara Roberto.

Otra de las intenciones de este tipo de terapia, según él, es desarrollar las capacidades de liderazgo; lidiar los problemas de la vida con humor.

Los cursos son dictados a adolescentes y adultos. “Yo estoy emocionado con este proceso porque siento que la gente vive el resultado... es mi primera experiencia pedagógica y es muy motivante ver estos resultados. Lo que yo crezco en cada taller es una paga por sí solo”. Los talleres se desarrollarán en Miami a mediados de marzo. Roberto prevé llevarlos también a otros países.