‘Espectáculo ‘bohemio’
La ópera La Bohème se estrenará en el Teatro Centro Cívico esta semana.
“Para cualquier persona que tenga sangre italiana, estos son nuestros símbolos”, me explica Dante Anzolini, director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG), mientras estamos sentados sobre el escenario del Teatro Centro Cívico, durante una pausa de sus ensayos de la ópera La Bohème que se estrenará este jueves 26 de abril. “Yo nací en un barrio pobre de Argentina, que era un gueto italiano, en mi familia, todo el mundo cantaba, mis tíos, mi abuelo era director de coro y pianista y tenía partituras de Rigoletto, Traviata, Bohème”.
Esta influencia ítalo-argentina habita en Dante, quien lidera, desde abril del año pasado, la OSG. Pero además de llevar con honor esta dignidad, él se ve a sí mismo como un gestor cultural. “Mi idea siempre fue integrar elenco local en todo lo que hagamos. Yo puedo invitar gente de afuera, pero creo que si este país me ha contratado, mi visión debe ser darle algo positivo a su propia cultura”.
Bajo esas dos premisas, se construye en el Teatro Centro Cívico, una de las óperas más populares del repertorio mundial, con vestuario de Manuel Wolf, escenografía de Julián Hoyos y un elenco 90% local.
Dante señala que La Bohème ha sido siempre una de las producciones preferidas por los fanáticos de la ópera. Incluso para sus propios cantantes: él les dio a escoger entre tres óperas para que presenten su audición final y la mayoría se presentó cantando partes de La Bohème.
Pero, además, esta creación de Puccini, tiene otros encantos.
“La historia es magnífica, la historia de amor es impresionante y tiene la belleza de la melodía, además del elemento histriónico”, detalla Anzolini.
“Los protagonistas del primer acto son un grupo de hombres bohemios: un filósofo, un pintor, un músico y un poeta, que viven sin tener dinero ni para el arriendo. Solo les interesa el arte, pero no pueden mantenerse con su arte”, continúa. “Entonces, cuando aparece el tipo que les quiere cobrar el arriendo, lo encapsulan en una situación tan cómica que todos los que asistan al teatro se van a reír y, de repente, cuando se van todos ‘los loquitos’ y se queda solo el poeta, pierde la luz de su candelabro, se le cae la llave al piso y buscando esa llave perdida, se roza con una mujer, accidentalmente. En ese punto, se produce un milagro y ese milagro es tan potente que sobrepasa toda lógica”.
Los protagonistas de esta trágica historia de amor serán Andrés Córdova (Rodolfo) y Ruth Díaz (Mimí).
Como parte de su esfuerzo por establecer conexiones culturales a nivel internacional, Dante ha invitado a Dennis Giauque, pianista del Metropolitan Ópera de Nueva York, para que lo acompañe como correpetidor durante los ensayos con el coro y los actores. Ellos se conocieron cuando Dante debutó en Nueva York y ahora, Giauque trabaja además en St. Petersburgo, en Tokio y Kioto.
“Un correpetidor es el pianista que acompaña a los cantantes y los ayuda para afinar”, explica.
“Lo que quiero hacer es invitar gente que yo conozco de Europa o de Estados Unidos, donde trabajé por muchos años, y que ellos traigan cultura aquí, en el sentido de enseñar. Es decir, traigo a una persona que toca muy bien, pero sé que el rédito lo va a ganar no solo quien escuche; lo involucro porque es de beneficio para los cantantes ecuatorianos”.
Entre sus próximos proyectos con la orquesta están viajar a Galápagos para musicalizar una película de Hollywood (ellos interpretarán la banda sonora en vivo). También, junto a la compañía de Jessica Abouganem (En Avant) presentarán el ballet completo, El Pájaro de Fuego (Ígor Stravinski, 1910).
La pareja
Los roles principales serán para Andrés Córdova (tenor de 38 años, especializado en Serbia) y en Ruth Díaz (soprano de 32 años, quien obtuvo su licenciatura y maestría en Ucrania).
Ambos ecuatorianos.
“Rodolfo es un poeta, parte del grupo de bohemios, quienes viven en extrema pobreza, pero dentro de ese ambiente encuentra el amor con Mimí. De Rodolfo destacan las líneas melódicas repletas de romanticismo que debe ser cantado en una tessitura que exige mucho al tenor, ya que cada vez que interviene es como si se detuviera el tiempo para escuchar esas melodías hermosísimas acompañadas de textos poéticos”.
“Trabajar con el maestro Anzolini ha sido enriquecedor para todos, lo cual nos ha exigido el mejor de nuestros esfuerzos, ya que cada indicación de él está cargada de experiencia y sobre todo de un exquisito instinto musical que lo hace aprovechar al máximo cada frase de la partitura”, comenta el tenor quien también actuó junto al grupo Napoli, en La Traviata, en el Teatro Centro de Arte.
Los actores estarán acompañados de un coro de adultos y un coro de niños, además de la orquesta sinfónica.
Escuchar en vivo
Para Dante, no hay tecnología ni amplificador que reemplace escuchar música interpretada por una orquesta y cantantes en vivo.
“En la actualidad, si se quiere escuchar algo, todos van a YouTube y lo escuchan”, dice. “Pero la experiencia de que el sonido en vivo te inunde, es como ponerte 50 amplificadores, pero en nuestro caso es, incluso sin micrófonos. Son 200 personas haciendo música al mismo tiempo. Y eso, ningún celular, audífonos, ni computadora lo pueden reemplazar”.
Aún si se proyecta una de las óperas en una sala de cine, el espectador solo podrá entender las proporciones del espacio, pero Dante insiste en que escuchar una ópera en vivo, es una experiencia única, que él mismo sintió cuando vio, a sus 18 años (si la memoria no le falla), La Bohème, por primera vez en vivo.
SOBRE LA BOHÈME
La Bohème es una ópera de cuatro actos con música de Giacomo Puccini (1858-1924) y se basa en la novela de Henri Murger: Scènes de la vie de bohème. Se estrenó por primera vez en el Teatro Regio de Turín el 1 de febrero de 1896, bajo la dirección de Arturo Toscanini.
En 1946, se realizó una nueva grabación de La Bohème, que fue dirigida por el propio Toscanini y la Orquesta Sinfónica de la NBC (National Broadcasting Company).
La primera representación de esta ópera, fuera de Italia, fue en el Teatro Colón de Buenos Aires (Argentina), el 16 de junio de 1896.
La historia se desarrolla en París (Francia) de 1830, en el barrio de Montmartre, donde un grupo de jóvenes artistas comparten una buhardilla.