'La dama de negro' en el Teatro Sánchez Aguilar

08 de Octubre de 2017

Al ingresar a la sala, usted entrará también a un juego de sentidos. La dama de negro no es una obra solo para ver, explica el actor español Aarón Navia, quien vio la pieza en Buenos Aires.

Al contrario, la narrativa de la historia se mezcla con los espectadores y también se construye desde su imaginación.

Sentado en su butaca, usted escuchará sonidos, percibirá aromas y su visión será víctima de un juego de luces que lo sumergirán en la narración del abogado Arthur Kipps, quien, luego de ser víctima de una serie de experiencias traumáticas y sobrenaturales en una villa apartada y rodeada de pantanos en Escocia, busca la ayuda de un actor profesional para que lo ayude a comunicar a otros lo ocurrido.

Usted estará frente a ellos: el actor (Pepe Sánchez) y frente a Kipps (Aarón Navia), quienes durante los siguientes minutos se transformarán en otros personajes, 9 en total. “Me apetecía mucho la idea de estar en el escenario con un montón de personajes”, confiesa Navia, quien tuvo una dinámica similar en la obra Un hombre muerto a puntapiés, presentada en el microteatro de La Bota (Malecón del Salado). “A mí eso me divierte mucho, me apasiona”, enfatiza. Y claro, desde su asiento también verá a la Dama de negro (Michelle Zamudio) en sus apariciones.

Para lograr esta experiencia inmersiva, hay un gran equipo de producción, música y vestuario. El director de arte es Roberto Frissone y la directora actoral, Itzel Cuevas.

“Ella tiene una gran formación centrada en la parte física, ve al cuerpo como un instrumento creador. Y para esta obra era fundamental encontrar a alguien que entendiera este tema porque hay una necesidad de construir, desde el cuerpo, a varios personajes, que deben resultar verosímiles y realistas”, explica Navia, quien gestionó los derechos de la obra para Ecuador.

Pero no se trata de asustarse, Aarón advierte que la obra tiene “un terror que se disfruta” y que hará que el espectador también se ría de sí mismo. (D.L.) (I)