Madres con historias
A partir de su experiencia personal estas mamás sintieron la necesidad de ayudar a aliviar el dolor de otros.
Hace años había una publicidad que transmitía la TV en la que les preguntaban a varios pequeñitos: ¿Cómo es una mamá o qué hace? Algunas respuestas eran: “Te quiere”, “te cuida”, “te lleva al dotol”... Y así, en boca de los chiquitines, el comercial iba configurando la imagen materna.
Por lo general, se tiende a evocar a la madre como el rostro de la ternura y el cuidado, pero quizás su característica más notable pudiera ser la fortaleza con la que encara las vicisitudes diarias. Incluso hay algunas que, a partir de algún avatar que debieron enfrentar en su condición de madre, fueron más allá de lo que les correspondía hacer en el entorno familiar y emprendieron acciones en favor de los demás.
Citamos unos ejemplos de esas madres que lograron cambios mayores a partir de su historia particular en Argentina, Estados Unidos y Ecuador.
Madres de Plaza de Mayo
Sacando lo mejor de lo peor
Acaban de cumplir 36 años de activa presencia. Al principio solo eran madres, ahora muchas son abuelas. Empezaron a reunirse en la Plaza de Mayo –ubicada frente a la Casa Rosada– durante el último gobierno militar de la República Argentina, con el fin de recuperar con vida a los detenidos desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional entre 1976 y 1983 (los militares entregaron el poder a Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983). Posteriormente las gestiones se encaminaron a establecer quiénes fueron los responsables de los crímenes de lesa humanidad y promover su enjuiciamiento.
En la actualidad, aunque esta agrupación se encuentra dividida en dos: el grupo mayoritario, denominado Madres de Plaza de Mayo (presidido por Hebe de Bonafini), y las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora (presidido por Marta Ocampo de Vásquez), siguen organizadas porque tratan de continuar lo que ellas entienden como la lucha que intentaron llevar a cabo sus hijos. Mediante la asociación manejan su propia radio, una institución de educación superior (UPMPM), un café literario, un plan de vivienda social, una guardería infantil y un programa de televisión.
La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, habló desde la ciudad de La Plata, por la celebración del aniversario 36. Recordó la primera marcha impulsada por Azucena Villaflor de Vicenti, quien propuso entonces: “Individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Videla tendrá que recibirnos”, y culminó en el presente del país y de Latinoamérica en el que viven los familiares de las y los 30.000 (cifra de personas detenidas-desaparecidas obtenida por los organismos de derechos humanos, a partir de las denuncias y la estimación de casos no denunciados).
Pepita de Zevallos
En los zapatos del que sufre
La Fundación María Gracia es una institución sin fines de lucro que nació a raíz de un angustioso episodio que enfrentaron los padres de María Gracia Zevallos Rebolledo, cuando a los cuatro meses de nacida enfermó de meningitis y entró en un coma profundo. La tercera hija de Pepita y Simón David afortunadamente tuvo la mejor atención médica, pero aun así no se pudo evitar que sufriera infartos cerebrales y varios paros respiratorios que le dejaron severas secuelas de por vida.
Cuando María Gracia regresó del coma, su médico dijo que la vida de la pequeña era un milagro de Dios, en el que había colaborado el hecho de que sus padres tuvieron los suficientes recursos económicos para adquirir todas las medicinas que se requerían.
María Gracia fue dada de alta el 29 de abril de 1987 y el 30 de mayo de ese año su familia creó la institución que lleva su nombre, con el deseo de ayudar a niños pobres gravemente enfermos.
En diciembre del 2009, luego de vivir 23 años rodeada de amor, María Gracia dejó de existir. Pepita de Zevallos asegura que haber pasado por esa experiencia con su hija María Gracia sensibilizó su alma, y que la Fundación le ha permitido convocar a la ciudadanía y a los medios de comunicación para conseguir los recursos necesarios y así ayudar a los que más necesitan. Todo esto gracias a la autogestión en el laboratorio de análisis clínico, el plan de padrinos y donaciones de personas y empresas que colaboran con el bazar de la fundación.
Julia Ward How
Contra la guerra
En 1870, la poeta estadounidense y activista por los derechos de las mujeres Julia Ward Howe escribió ‘La Proclama del Día de las Madres’, un llamado a la paz y al desarme: “La dignidad de la maternidad y sus terribles responsabilidades aparecieron ante mí de un modo nuevo, y no pude pensar una mejor manera de expresarlo que haciendo un llamado a las mujeres del mundo”.
Durante un par de años, Ward Howe empeñó sus esfuerzos en llevar a cabo un congreso de mujeres para rechazar la guerra, pero se percató de que estas “estaban más interesadas en la promoción del sufragio femenino que en idear una protesta mundial de mujeres contra las crueldades de la guerra”.
La idea de Julia influyó en Anna Jarvis, un ama de casa que organizó a las mujeres durante la Guerra Civil para trabajar en mejorar las condiciones sanitarias para ambas partes. Su hija también llamada Anna Jarvis, tomó la posta y cuando su madre murió, promovió la idea del Día de las Madres.
En 1873, mujeres en 18 ciudades estadounidenses realizaron reuniones del Día de las Madres para convocar a las mujeres a rechazar la guerra. A los pocos años, estas concentraciones se diluyeron. Pero en 1914, el Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución conjunta, que firmó el presidente Woodrow Wilson, para establecer que el segundo domingo de mayo de cada año se celebre el Día de la Madre, resaltando el papel de la mujer en la familia.
Julia estudió Filosofía, aprendió varios idiomas y se dedicó a su propia autoformación, así como a la educación y el cuidado de sus tres hijos. Fue la primera mujer elegida para la Academia de las Artes y las Letras en EE.UU., y cuando falleció, en 1910, cuatro mil personas asistieron a su funeral.