Dante cumple 750 años
Estamos en el mes en el que se celebran los 750 años del nacimiento de Dante Alighieri. Más de cien eventos se llevarán a cabo alrededor del mundo para celebrarlo. Las manifestaciones en su memoria son de lo más variado, ellas van desde la decisión de la Unión Europea de acuñar una nueva moneda de dos euros con su esfinge en alto relieve hasta una campaña de una selfie-con-Dante, así como concursos, seminarios y conferencias. Se ha hablado de extender las celebraciones hasta el 2021, en el que se cumplirán los 700 años de su fallecimiento.
En el sistema educativo italiano, Dante tiene obviamente una presencia significativa. Los escolares entran en contacto con el poeta en el séptimo grado, estudian con más profundidad el Infierno al llegar al grado undécimo, y en el liceo lo abordan nuevamente, esta vez para estudiar el Paraíso. En las universidades, el estudio de Dante tiene más rigor. Por ejemplo, no es inusual encontrar cursos dedicados exclusivamente al análisis de uno solo de los cantos que componen su Divina Comedia. A lo largo de Italia hay sociedades dedicadas a las llamadas lectura dantis, donde su Comedia –lo de “Divina” fue añadido luego por Bocaccio– es desmenuzada íntegramente, canto por canto. Las sesiones generalmente ocurren los sábados, y debido a los feriados completar la obra puede tomar hasta seis años, luego de lo cual se reanuda la lectura a partir del primer canto.
En su interesante biografía del poeta, Giovanni Papini (Obras Completas, tomo 2, Edit. Aguilar) sugiere que para apreciar a Dante se necesita ser florentino, italiano y católico. Hay algo de exageración, por supuesto, en esta afirmación, aunque ciertamente esos tres elementos son determinantes en la vida y obra. Debe recordarse que Dante escogió escribir su obra magna no en latín como se habría esperado de un poeta ilustrado de la época, sino en la lengua vernácula que se hablaba en la región de Toscana y particularmente en Florencia.
Pero Dante es un poeta que pertenece al océano de la literatura universal. Hay en su poesía una entonación que encanta, que persigue a las emociones y que envuelve a la vez un conocimiento profundo de las paradojas, miserias y grandezas de la condición humana. Es un poema de reivindicación, que nos recuerda la fragilidad de nuestra existencia. Como dice el papa Francisco, Dante nos puede ayudar a atravesar los muchos bosques oscuros que encontramos en nuestras vidas. Invitamos al lector a festejar su aniversario leyendo o releyendo su Divina Comedia. (O)