El mundo según Kissinger

Por Hernán Pérez Loose
23 de Noviembre de 2014

“Y recuerde, señor presidente, la vida comienza luego de los 70...” le dijo el presidente Reagan a Jimmy Carter, cuando asistió en 1986 a la inauguración de la Biblioteca y Museo Carter, en Georgia. En 1981, Reagan había sido elegido como el cuadragésimo presidente de su país cuando tenía nada menos que 70 años de edad. Y Carter, quien no logró ser reelecto en 1980, estaba a la sazón dedicado a ese extraño oficio de ser expresidente de la república.

Que la vida recién comienza a los 70 años parecer haber sido un consejo que ha seguido Henry Kissinger, pues, a los 91 años de vida, acaba de publicar uno de sus mejores libros World Order (Penguin Press, 2014). Politólogo, exsecretario de Estado de los Estados Unidos y exasesor del Consejo de Seguridad de ese país, ganador del Premio Nobel en 1971, compartido con Le Duc Tho, y autor de decenas de obras sobre historia y relaciones internacionales, Kissinger ha escrito un libro fascinante en el que parece resumir el tema que prácticamente lo ha obsesionado desde que escribió su tesis doctoral en la Universidad de Harvard allá en 1954: el balance de poder en las relaciones internacionales y su legitimidad.

En la obra, el autor embarca al lector en un recorrido histórico a partir de la Paz de Westfalia (1648), que puso fin a la Guerra de los Treinta Años que devastó a Europa a mediados del siglo XVIII y que creó un sistema de relaciones internacionales cuyos principios y reglas han perdurado hasta nuestros días. Un sistema que ha sufrido periodos de estabilidad y periodos de crisis desde su creación hasta nuestros días. Y es allí donde la agudeza del análisis de Kissinger se torna envidiable.

Qué factores contribuyeron para que el sistema perdure y luego colapse para después recomponerse. La crisis que provoca la Revolución Francesa, las Guerras Napoleónicas, las dos guerras mundiales, el ascenso del comunismo, la Guerra Fría, la caída del Imperio Soviético son jalones históricos que desafiaron la legitimidad del sistema, por un lado, y, por el otro, terminaron en un nuevo equilibrio. La obra aborda la complejidad de la crisis del Medio Oriente y del mundo árabe, así como el nuevo rol de China y Rusia.

Como bien observa Kissinger nunca ha habido en realidad un “orden mundial”. Cada civilización ha ido definiendo su visión de él. En cada periodo ha habido siempre un eje central de poder y un equilibrio que le da viabilidad. China, por ejemplo, creó en su momento una visión de ese orden, tal como lo construyó Roma, y así sucesivamente. Con un estilo ameno, ágil, Kissinger no pierde de vista el detalle de los árboles al examinar el bosque de nuestra historia, y de los esfuerzos por encontrar un orden en un sistema como el internacional que es por esencia anárquico.

hernanperezloose@gmail.com

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