El precio de ser diferente
Un día de 1961 llegan a Costa Rica los restos de la escritora Amanda Solano. Había muerto en México hacía cinco años, en la pobreza extrema y el silencio absoluto. Una excompañera de colegio, ahora convertida en primera dama del país, gestionó la repatriación.
Años después, un escritor fascinado por la leyenda de esta mujer, a quien muchos describían como de una impactante belleza y de una personalidad indómita, desea reconstruir su historia. Se dice que ella ha escrito mucho, pero se le conocen solo una novela publicada, varios cuentos y artículos de opinión. Lo demás está perdido o quizá nunca existió.
El escritor recurre para ello a tres mujeres, ya ancianas, que fueron amigas de Amanda Solano. Una es una viuda adinerada; la otra, una psicopedagoga que siempre trabajó en una biblioteca y ya jubilada sigue yendo puntualmente a su lugar de labores; y la tercera, una cantante, convertida en su etapa otoñal en una celebridad de la música.
Este es el argumento de La fugitiva, novela del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, una historia que a tres voces retrata la vida de una mujer que nació en Costa Rica, a principios del siglo XX, y que no encajó en los cánones de la época. Era inteligente y bella; adelantada y provocadora en su literatura. Independiente y altiva, también fue contradictoria y durante toda su vida protagonista de amores contrariados.
Ramírez ha dicho en entrevistas que para escribir la novela se inspiró en la costarricense Yolanda Oreamuno, una escritora convertida en leyenda, nacida en 1916 en San José y fallecida en 1956, en México.
Con este libro, el autor, que se desempeñó también como vicepresidente de Nicaragua, aborda los temas de la diferencia y la libertad. ¿Cómo ser distinto y no pagar un alto precio por serlo? ¿Cómo elegir opciones diferentes en una sociedad que condiciona? No solo Amanda es distinta, sino también las amigas que la evocan. Y aunque Ramírez dice al final del libro que “todos los personajes y situaciones han sido inventados y se deben a la imaginación del autor”, en la cantante Manuela Torres, una de las amigas de Amanda, hay un paralelismo con Chavela Vargas. Todos los personajes tienen inspiración en figuras reales.
La obra de Ramírez también da cuenta de la diversidad de los puntos de vista. García Márquez afirma en sus memorias que “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Y nada tan cierto como en esta novela del nicaragüense, en la que las tres ancianas cuentan lo mismo, pero según lo percibieron de manera individual. Cada una de ellas tiene una manera de recordar a Amanda, quien falleció a los 40 años y cuya vida estuvo marcada por la tragedia, la enfermedad, la errancia y la soledad. El libro es un homenaje a la diferencia y a la valentía de atreverse, aunque se fracase en el intento.