En el vértice de dos siglos
Las ciencias sociales han avanzado significativamente en el Ecuador. Gracias a algunos centros académicos, institutos y corporaciones no gubernamentales, varios aspectos de la realidad ecuatoriana son materia de interesantes estudios. Sin embargo, a pesar de la importancia que tienen estas investigaciones, al Ecuador le falta mucho en este campo. En comparación con otras naciones desarrolladas y de América Latina, en nuestro país la investigación social no ha recibido la atención que amerita. Probablemente preferimos no vernos como realmente somos.
Esta ausencia de interés en aprehender nuestra realidad desde las perspectivas de la ciencia política, la sociología o la historia, es observable lamentablemente en nuestras élites económicas y políticas, donde predomina una visión de corto plazo. Los unos, en su mayoría, ocupados en cuadrar sus balances, los otros –con pocas excepciones– en ganar las próximas elecciones. Los resultados están a la vista.
En el caso de nuestros políticos, Osvaldo Hurtado ha sido una excepción. Desde los años sesenta del siglo pasado hasta la fecha ha dedicado buena parte de su vida a la investigación social con admirable rigor, y ha publicado un buen número de obras. Su más reciente libro es Ecuador entre dos siglos (Editorial Penguin Random House. Bogotá, 510 páginas).
La advertencia que en su momento hiciera Max Weber sobre las complejidades que atraviesa el investigador social, al verse envuelto, con sus valores y preferencias, como parte del mismo tejido social e histórico que pretende estudiar, cobra en el caso de Hurtado una especial significación. Y es que en este libro él analiza el período que va desde fines de los 70 –allí donde terminó El Poder Político del Ecuador (1976), otra de las obras más acabadas de Hurtado– hasta el 2016, período este en el cual él participó activamente en la vida pública, incluyendo el ejercicio de la presidencia de la República (1981-1984).
Uno de los méritos de Ecuador entre dos siglos es precisamente ese, el haber mantenido el rigor analítico a pesar de los naturales sesgos que puede esperarse de un político activo. La obra corre a través de cuatro variables: la economía, la sociedad, la política y las ideas. Todas ellas atravesadas por dos ejes: la democracia y el desarrollo. Escrito en un estilo ágil, el autor va reconstruyendo al país de las últimas décadas montado sobre las complejidades de los datos estadísticos y una abundante bibliografía, pero sin perder de vista el horizonte de un destino que tan pronto como se aclara se vuelve a obscurecer.
El libro puede ser comprado en las principales librerías del país. (O)