La lectura, gimnasia mental
En las últimas semanas he estado leyendo sobre los beneficios de la lectura y me ha sorprendido que esta actividad tenga tanta incidencia en el cuerpo y la mente. Hemos oído siempre que un libro es compañía, que permite viajar incluso sin movernos de un lugar. Que es fuente de conocimiento y también de esparcimiento. Eso lo sabemos más o menos todos.
Pero lo que me llamó la atención fue el resultado de un estudio reciente en Estados Unidos. Este reveló que leer buena ficción ayuda a adivinar el pensamiento de los demás. Según lo informó la agencia AFP, el experimento fue realizado por un profesor de psicología y un estudiante de doctorado en New School for Social Research de Nueva York. Convocaron a algunas personas a las que propusieron leer ficción literaria de calidad, ficción popular de menor calidad y no ficción. Luego, los participantes fueron sometidos a pruebas para medir si podían adivinar algunos aspectos. Por ejemplo, cómo una persona con determinada personalidad actuaría bajo ciertas circunstancias.
Los mejores resultados los obtuvieron quienes leyeron ficción literaria de calidad. “Según los autores, esto se debe a que estas lecturas involucran más al lector intelectualmente, despertando sus pensamientos creativos, a diferencia del efecto de la ficción popular o de menor calidad”, señalaba AFP. “Al igual que en la vida real, los mundos descritos en la literatura de ficción de calidad están llenos de complejos personajes cuyas vidas interiores rara vez son fácilmente discernibles, lo que requiere un esfuerzo intelectual”, escribieron los autores, según recogía la agencia.
Sorprendente, ¿verdad? Y otro artículo publicado en el suplemento Ñ de diario El Clarín, de Argentina, y titulado ‘Secretos íntimos del cerebro lector’, hacía referencia a la actividad neuronal que se ejerce cuando se lee. “Ninguna actividad humana moviliza y ejercita tantas variedades de memoria como la lectura: al leer, ponemos en acción la memoria verbal y visual, realizamos varias operaciones complicadas de codificación ortográfica, semántica, fonológica. Nuestro cerebro, por ejemplo, es sensible a la ortografía, a la posición de las letras en una palabra”, refería.
“El cerebro es un órgano muy plástico. Y leer es para la mente como ir al gimnasio”, afirmaba, en el artículo del suplemento Ñ, Manuel Carreiras, director científico del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL) en San Sebastián, España.
Qué más motivos que estos para leer.