Los últimos días de una gente
Ya está a disposición de los lectores de idioma español la traducción de un interesante libro escrito en 2012 por Douglas Smith sobre el destino de la aristocracia rusa a consecuencia de la revolución de 1917. En su idioma original la obra lleva un título bastante sugestivo, hasta diríamos algo escalofriante, Former people (Farrar, Strauss and Giroux), es decir, exgente. Los editores españoles han optado por un título menos chocante como es El ocaso de la aristocracia rusa (editorial Tusquet, 2015).
La Revolución bolchevique ha sido fuente casi ilimitada de libros, artículos, películas, pinturas y estudios en general. Y con sobrada razón. Fue uno de los capítulos más dramáticos de la historia contemporánea, el epicentro de una ruptura ideológica de profundos efectos, aunque a la postre haya terminado en un enorme fracaso en términos humanos, políticos y económicos. Una de las facetas menos conocidas es la suerte que corrió la clase dominante rusa, y en particular la aristocracia. Responsable por mantener a Rusia en un vergonzoso estado de atraso respecto de gran parte de Europa y Norteamérica, la nobleza de esa nación nunca suscitó mucho interés una vez que la revolución triunfó. Hay ciertamente alguna que otra obra sobre el tema, pero ninguna como la que hoy comentamos.
En su libro, Smith se concentra en tres generaciones de dos familias: los Sheremétev de San Petersburgo y los Golítsin de Moscú. De una opulencia que rayaba en lo extravagante, el conde Dimitri Sheremétev, por ejemplo, llegó a poseer casi ocho mil kilómetros cuadrados de tierra donde trabajaban trescientos mil siervos. Entre 1917 y la muerte de Stalin en 1953, muchas de estas familias fueron objeto de una persecución implacable, y empobrecimiento acelerado, mientras otras fueron simplemente aniquiladas o deportadas.
El autor narra con abundante detalle el hilo sobre el que esta gente debió caminar por años para sobrevivir y las peripecias que muchos de ellos tuvieron que pasar. Su análisis de la aristocracia rusa, sin embargo, se aleja un poco del cliché tradicional, mostrándonos una clase más bien diversa en su etnicidad, y de variadas filiaciones religiosas, así como con líderes dedicados al servicio público y militar.
El libro es el producto de una investigación de varios años, en los que el autor consultó muchos archivos, cartas, entre otros documentos, y entrevistó a varios descendientes. Con un estilo emocionante e íntimo, la obra narra la historia de una gente condenada a desaparecer en su nostalgia.
Un final no muy diferente del que les tocó luego sufrir a escritores, artistas, poetas, campesinos y trabajadores. (O)