Novelas al cómic
Las Novelas ejemplares de Cervantes, las historias “de honestísimo entretenimiento” que el autor de El Quijote publicó en 1613, pasaron en Uruguay al mundo del cómic en un libro que adaptó y llevó estos clásicos de la España del siglo XVII al México fronterizo y al futuro posapocalíptico.
Los pícaros Rinconete y Cortadillo, los perros habladores Cipión y Berganza o la locura y sabiduría del Licenciado Vidriera, entre otros personajes inmortales “engendrados por el ingenio” de Cervantes, se adaptaron “sorprendentemente con vigencia” al mundo de la historieta gráfica 400 años después de su creación, confesó a Efe Rodolfo Santullo, uno de los responsables de la iniciativa.
La obra, que apareció en las estanterías de las librerías a fines del año pasado, surgió por iniciativa del director del Centro Cultural de España en Buenos Aires, Ricardo Ramón, quien pidió al colectivo editorial Mojito, una asociación uruguayo-argentina de editores de cómic, que adaptara “y transformara” las novelas.
La idea era rescatar del olvido estos relatos, esenciales en el desarrollo de la literatura en castellano y acercarlos al gran público.
“Están las 12 novelas, adaptadas por 22 autores de cómic de Argentina, Brasil, España, Francia y Uruguay. Son 18 páginas por novela, y estas aparecen en el orden original de publicación. La única condición era que la adaptación fuera libre y con la idea de modernizar”, explicó Santullo.
El resultado dejó a los participantes entusiasmados por las posibilidades para el cómic que ofrecían estos textos de Cervantes, que “están plagados de historias de telenovela, de encuentros y desencuentros”, dijo.
La libertad con la que los autores afrontaron la adaptación, “problemática solo por el lenguaje de hace 400 años”, llevó a muchos a cambiar los escenarios y acentuar algunos aspectos de estas historias, pero sin tocar su esencia.
“A mí me tocó hacer La ilustre fregona, y cambié el escenario. Ya no es Toledo, sino la frontera entre México y EE.UU. Y los protagonistas no son ricos, sino narcotraficantes. Y me parece que poder hacer eso con los clásicos habla de lo inmortales que son. Si uno puede contar lo mismo pero con otros códigos, el libro original está tan vigente como el primer día”, indicó el editor.
Aun así, Santullo destacó las sorpresas que Cervantes deparó a los autores, quienes en muchos casos no habían leído las novelas antes de trabajar en su adaptación.
“Como editor, me tocó ver la adaptación de El coloquio de los perros. Y yo pensaba, se pasaron, es muy exagerado que solo hablen los perros. Al final lo que yo pensé que era más exagerado era en cambio lo más original”, reconoció.
“No hay que olvidarse que de El Quijote hay hasta una versión manga. En el mundo de habla hispana, me gustaría hacer clásicos del Siglo de Oro, como Lope de Vega, y llevarlos a la historieta. Además, como son obras dramáticas, son más fáciles de adaptar”, dijo.